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Las claves de la especulación farmaceútica que convirtió a Martin Shkreli en el hombre más odiado del mundo

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Shkreli

Martin Shkreli tiene 32 años, una investigación federal sobre su cabeza, el odio de buena parte de Estados Unidos dentro y fuera de Internet, y la responsabilidad más o menos directa de que el NASDAQ del sector se desplomase el lunes casi un 5% (con ayuda de Hillary Clinton). Y la culpa de todo la tienen la avaricia y un medicamento de 1953, la pirimetamina.

Este fármaco se usa para tratar la malaria, la tosmoplamoxis y el SIDA. Shkreli ordenó su subida de precio de la noche a la mañana más de un 5.500%, se rió de los que se quejaron, insultó a periodistas y, finalmente, se ha echado atrás en parte. ¿Cómo ha conseguido un tipo que se dedica a jugar a la ruleta rusa con vidas humanas montar semejante cirio?

¿Quién es Martin Shkreli?

Shkreli1

Imagina que en el año 2000 un becario de 19 años de un fondo de alto riesgo recibe una visita de la SEC, la gente encargada de perseguir a gente como el Jordan Belfort de "El Lobo de Wall Street". Aunque no encontraron nada raro en su actividad, el primer titular protagonizado por Martin Shkreli ya revelaba que al bisoño neoyorquino, descendiente de inmigrantes albaneses y croatas, le gustaba apostar fuerte como short seller del sector farmacéutico. Sin ninguna experiencia en temas médicos.

Espera, ¿un short qué?

Alguien que apuesta por el fracaso ajeno para enriquecerse. El modus operandi simplificado: yo te vendo para dentro de unos días algo que no tengo a un precio de 10 aunque hoy valga 15, porque espero que en ese plazo se hunda hasta valer 5. Como tú ya pagaste, lo puedo comprar a ese precio antes de dártelo y me forro porque eres un pringado. Si sale bien, claro.

Ahora imagínate que me dedico a eso con empresas farmacéuticas. Voy a hacer lo que sea para conseguir que mis apuestas salgan bien. A lo mejor me acusan de montar una web para difundir rumores que hundan los valores que me interesan. A lo mejor monto mi propio fondo de inversiones en 2006 y me dedico a comprar acciones de otras empresas para detener una fusión entre dos farmacéuticas porque me conviene. A lo mejor me meto en varios consejos de administración a torpedear lo que haga falta, o trato de que las autoridades sanitarias no aprueben medicamentos de empresas a las que necesito hundir a corto plazo. Para cuando la SEC vuelva otra vez a por mí en 2012 ya habré formado mi propia empresa a largo plazo. Y volverán a no encontrar nada punible.

Es exactamente la carrera que emprendió Shkreli entre 2000 y 2012.

¿Qué hizo entonces?

Nasdaq Retrophin acusa a Shkreli de haber sacado la compañía a bolsa sólo por beneficio personal.

Para 2011 parecía que Shkreli se había domesticado. Formó Retrophin, una farmacéutica que dirigía desde la misma oficina en la que gestionaba su fondo de alto riesgo y que no contaba con medicamentos propios, sino ideas de producto. La empresa salió a bolsa en 2014 e inmeditamente después compró Manchester Pharmaceuticals, haciéndose así con un par de medicamentos ya aprobados para la venta.

El problema es que parte del consejo creía que había salido a bolsa para hacerse con el dinero necesario para solventar sus problemas con los inversores de su fondo. Peor: que estaba desviando dinero de Retrophin con el mismo objetivo. A finales de año, entre acusaciones de acoso y múltiples problemas en la empresa, Shkreli dimitía -el consejo ya había aprobado su destitución- y unos meses más tarde formaba Turing Pharmaceuticals, la empresa por la que ha saltado a la infamia. Retrophin le ha demandado por 65 millones de dólares malversados: 59 millones en acciones y el resto en dinero líquido.

¿Qué vende Turing, la nueva compañía de Shkreli?

Aparte de otros medicamentos en desarrollo, Shkreli se llevó el Vecamyl consigo -más bien, lo compró mediante engaños, a través de una farmacéutica interpuesta, que adquirió el medicamento y lo vendió justo después a Turing- y, en agosto de este año, se hizo con los derechos para Estados Unidos del Daraprim, el nombre comercial de la pirimetamina que comentábamos al principio. Por 55 millones de dólares. Ambos medicamentos eran los únicos aprobados para su venta en Estados Unidos:

Turing
La web de Turing revela que sólo el Daraprim y el Vecamyl podían recetarse al público.

Inmediatamente después, subió el precio de 18 a 750 dólares la tableta. Algo que el New York Times denunció el 20 de septiembre, abriendo las puertas de la furia ciudadana.

¿Cuánto cuesta el Daraprim?

En 2014, a 13,50 dólares la tableta, el Daraprim ingresó 9,9 millones de dólares, antes de que Turing lo "heredase" a 18 dólares (que ya era elevado: unos años antes su laboratorio original, GlaxoKline, lo vendía a un dólar la tableta). Y eso que fue un año malo para el medicamento, con 4.000 recetas menos que en 2011. Pero da igual: si el Daraprim se recetase al mismo ritmo en 2016 que en 2014, el precio que le puso Shkreli le haría recuperar esa inversión de 55 millones de dólares en más o menos un año.

Para que quede claro: con vender algo menos de 75.000 tabletas con ese nuevo precio, habría recuperado la inversión. En un medicamento para tres enfermedades potencialmente letales.

Sede Turing La sede de Turing en Nueva York.

¿Y por qué nadie fabrica un genérico para hundir el precio?

Cierto: la patente del principio activo hace tiempo que expiró, pero hay un problema: Shkreli controlaba la distribución del Daraprim. Lo que, en la práctica estadounidense, quiere decir que el resto de laboratorios no tendrían fácil hacerse con la cantidad de Daraprim suficiente para probar y producir su hipotético genérico. Y sí, es algo intencionado por parte de Shkreli, que ya había expresado en Retrophin, como recogía el New York Times, que se trataba de una estrategia para "fastidiar a los genéricos".

¿Qué pasó cuando se supo esto?

La noticia del New York Times provocó un estallido mediático. Shkreli hizo la ronda televisiva tratando de explicar que no le movía la avaricia, "sino lo contrario: necesitamos ese dinero para seguir en activo. (...) El Daraprim no da beneficios a su antiguo precio"... Y entre insultos, llamando "imbécil" a un periodista especializado, John Carroll, que le preguntó en Twitter que por qué había subido el precio.

Reddit llamó al boicot de la compañía, varios médicos se quejaron de los abusos y de la escasez de Daraprim desde la subida... Y entonces llegó Hillary Clinton. Un sólo tuit suyo

bastó para hundir más de un 4,5% los valores biotecnológicos del NASDAQ. ¿La propuesta de Hillary? Poner un tope de 250 dólares al precio de cualquier medicamento. Una propuesta que ha puesto de los nervios a la asociación de las grandes, Phrma, que ha emitido un comunicado en contra, a la vez que anunciaba en Twitter que "Turing no representa los valores de nuestros miembros".

¿Cuál es la situación actual?

Mala para Shkreli. En un intento de anular el desastre de relaciones públicas en el que se había metido, el director ejecutivo prometió bajar el precio del Daraprim... Pero sin decir cuánto.

Para empeorar las cosas, también se ha desvelado que el caso Retrophin ha vuelto: Martin Shkreli está siendo oficialmente investigado por las autoridades federales, debido a sus prácticas en la empresa que fundó en 2011, justo cuando se ha convertido en el supervillano oficial de la semana. Desde luego, nadie en el sector le va a perdonar que haya despertado el interés de los presidenciables y el Congreso con un año de primarias y campaña por delante.


Las mejores opciones para celebrar el Día de Batman

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Batman66 de Mike Allred

¡Santos descuentos, Batman! DC Cómics celebra este sábado 26 de septiembre el Batman Day a nivel global. Como el resto de los mortales no somos tan millonarios como Bruce Wayne la editorial nos lo pone fácil para hacerse con lo que todo batmanófilo necesita.

También en España. Para los que les guste el formato físico, ECC ha organizado actividades y firmas en varias librerías de cómics. Pero para los forofos de lo digital, también hemos rastreado lo necesario para montar vuestra propia Batcueva.

Rebajas de Batman:

DC Comics y Comixology presentan un descuento del 80% en números sueltos de todas las series de la familia Batman. En unos 1.000 cómics. ¿Sale rentable? ¡Y tanto! Nosotros nos tiraríamos a ciegas a por

  • All-Star Batman y Robin: Frank Miller, el tipo de 300, también es el responsable de los mejores tebeos de Batman: Año Uno (Batman Begins se inspiraba aquí), El Retorno del Caballero Oscuro (la última historia de un Batman setentón), DK2 (con el Batman setentón partiéndole los dientes a Superman)... Y el alucinante All Star Batman and Robin. Un locurón en el que Batman imita a Clint Eastwood, se comporta como Jason Statham borracho, se enrolla con superheroínas tras una pelea en mitad de un puerto y secuestra a un niño de 12 años para que sea su compañero contra el crimen. Era tan desmesurado que nunca llegó a terminarlo. Con la oferta, te llevas los 10 números por 8,90 euros.

  • Batgirl 35-40. Batgirl ha pasado de ser una secundaria torturada a una refrescante protagonista en un cómic apto para todo el universo observable. Que pone el foco sobre las redes sociales y la fama virtual: ¿cómo es ser una Chica Murciélago con Twitter y Tumblr? ¿Y con Tinder?. Los seis números de esta joyita de Cameron Stewart, Mark Fletcher y Babs Tarr se venden por 5,34 euros (el tomo que los recopila está a 10,99 euros).

  • Grayson. Dick Grayson, el primer Robin, se hizo mayor. Fue a la universidad, montó una pandilla, voló en solitario, incluso sustituyó a su "padre" una temporada. Ahora, se dedica al espionaje internacional en un tebeo más cercano a James Bond, Jason Bourne y Ethan Hunt que al vestirse de Drácula para pegar a esquizofrénicos de su mentor. ¿Bailes en el Museo del Prado? Los tiene. ¿Gadgets imposibles más molones que los del pocho Daniel Craig? También. Y sin canciones de Sam Smith que den la turra. Los ocho primeros episodios: 7,12 euros.

  • No todo son cómics: los muñequitos Pop Heroes de Funko nos traen de cabeza. En concreto, este Batman con el traje clásico cuesta 14,59 euros. También tienen un Joker basado en el de César Romero para la serie de televisión de los 60 que nos vuelve locos. A 10,99 euros.

  • Batman '66: Serie imprescindible que hemos tardado décadas en tener editada decentemente por problemas de derechos entre ABC y Warner. Todos los POW!, BLAM! y las onomatopeyas pop de los locos-locos años 60 están recopiladas en 13 Blu-Rays por 59 euros con 120 episodios.

  • A los fans del Batman más taquillero y realista, el de Christopher Nolan, les alegrará saber que sus tres películas están tiradas de precio en Blu-Ray: 13,48 euros.

  • Warner también ha aprovechado el Batman Day para poner de oferta el último juego del Caballero Oscuro en PS4: Arkham Knight. Se trata de una edición a 74,99 euros que ofrece el juego y un pase de temporada que garantiza unos cuantos meses de contenido extra descargable, como jugar con Harley Quinn o con Batgirl, entre otras sorpresas.

Adiós al bótox para perros, a los testículos de silicona y a otras operaciones absurdas en España

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Dóberman con las orejas amputadas.

Hasta el pasado viernes, día 25 de septiembre, sólo siete Comunidades Autónomas prohibían de alguna manera las operaciones de "cirugía estética" en animales. Desde amputaciones de orejas y rabos en ciertas razas de perros o extirpar las garras de los gatos (que conlleva perder hueso y tendones junto con la garra), hasta la aplicación de bótox y otros tratamientos para disminuir arrugas en los animales de compañía.

Ahora, el Consejo de Ministros ha dado luz verde a la firma del Convenio Europeo para la Protección de los Animales de Compañía, que vetará esas operaciones en todo el territorio español, y que incluye otra serie de normas y regulaciones para evitar los desmanes más comunes cuando hablamos de mascotas. Pero, ¿qué regula ese tratado?

¿Cuáles son las operaciones más comunes?

La amputación de orejas es bastante habitual en ciertas razas de perros (como dóberman y pitbulls). Es una operación que carece de sentido más allá del discutible interés estético de los propietarios de los perros. Según informaba hace unos meses el diario 20 Minutos, la intervención se lleva a cabo para "mejorar la belleza del animal". En el caso de los rabos, la excusa suele ser que los animales con cola larga pueden "hacer daño" al mover el rabo.

Las justificaciones siempre vienen por el lado humano, y no obedecen a motivos de salud del animal (al contrario, pueden afectar a su desarrollo y bienestar: orejas y rabo son herramientas esenciales de comunicación en las mascotas). Otro tanto sucede en el caso de los gatos, donde la desungulación -la extirpación de las garras-, también es una práctica común, a pesar de que puede entrenarse fácilmente a un felino para que no use sus garras donde no deba. Y que puede dejar a los gatos afectados de por vida, al mutilar la parte de la pata donde va la uña. Como sostienen varias ONG y múltiples asociaciones de veterinarios, en un humano sería el equivalente a amputar la primera falange de cada dedo para quitar las uñas.

Garras de gato Amputar las garras de los animales queda prohibido por el artículo 10 del Convenio.

¿Son las únicas?

No, hay todo un mundo de intervenciones estéticas en animales. Neuticles, una empresa estadounidense, presumía hace unos meses de que su producto se había implantado en más de medio millón de mascotas durante los últimos 20 años: testículos artificiales para animales castrados.

Neuticles Ya sobrecompensamos hasta con las mascotas.

También es habitual fuera de Europa la "desvocalización": una operación que lleva a reducir el volumen de maullidos o ladridos en los animales. Sobre todo en Estados Unidos, donde los contratos de arrendamiento incluyen en muchos casos cláusulas que prohíben las "mascotas ruidosas".

Amputar orejas y rabos, quitar garras y dientes y desvocalizaciones son prácticas expresamente prohibidas en el artículo 10 del Convenio, salvo que la salud del animal lo exija. Pero también engloba otros "motivos no curativos" en el conjunto. Como la moda en varios países -aunque no hay datos de su vigencia dentro de España- prácticas similares a las humanas: aplicar bótox para alisar arrugas, realizar liposucciones, retocar los párpados e incluso operaciones de escultura facial, que en algún caso han tenido un fatal desenlace. ¿El motivo? Aumentar el valor económico de un semental o las posibilidades de una mascota en un concurso.

Carlino

Según el Real Colegio de Veterinarios Inglés, las intervenciones en el rostro de los perros han aumentado un 80% en los últimos cuatro años. El Reino Unido no es uno de los países firmantes del Convenio. Pero en razas como los carlinos, la intervención tiene un motivo médico -una de las excepciones recogidas por el tratado europeo-: las características del rostro del "perro hipster" pueden causarles infecciones y problemas respiratorios. El aumento de intervenciones se debe, en parte, a su condición de perros de moda.

En Estados Unidos, donde estas prácticas no están prohibidas, sólo en 2011 se gastaron más de 62 millones de dólares en cirugía estética para mascotas. Aunque se estima que allí no suponen más del 0'6% del total de consultas veterinarias.

¿Esto estaba permitido en España?

Sólo siete Comunidades Autónomas prohibían los casos de cirugías sin motivo médico: Andalucía, Asturias, Cataluña, Madrid, Comunidad Valenciana, Murcia y Navarra (la última en sumarse a la lista). Ahora, una vez que la firma del Convenio pase los trámites, cualquier intervención en animales que no esté justificada por la propia salud del animal, estará prohibida. Quedará por ver cómo se regula y que sanciones se adoptan.

¿Qué más recoge el Convenio?

El artículo 6 recoge que "ningún menor de 16 años podrá adquirir una mascota sin el consentimiento expreso de sus padres". Es algo que la legislación española no contemplaba, y que quiere incidir en un problema endémico en España, donde cada año se abandonan decenas de miles de mascotas. También, aunque no pueden prohibirlo expresamente, se anima a poner en marcha campañas para que los menores no reciban mascotas como regalo sin permiso de sus padres (artículo 14).

También regula, en los artículos 7 y 9, el tratamiento de los animales en publicidad o competiciones (prohibiendo "las ayudas artificiales" y los sedantes en ambos casos), los métodos aceptados de eutanasia animal y las actuaciones a seguir a la hora de reducir el número de animales callejeros, prohibiendo explíctamente que nadie que no sea un veterinario acabe con la vida de un animal, "salvo en emergencias".


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Fotos:
Doberman - John M
Garra de gato: Howard Cheng
Carlino: Eddy Van 3000

Marte retroimaginado: así veíamos al Planeta Rojo (en la ciencia y en la ficción)

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Mars Reconoissance Orbiter

La NASA revelaba hoy que hay agua líquida en Marte. Poca, salada y de origen aún desconocido, pero agua. Es un agradable contraste a todo lo que nos habían enseñado los Rover Spirit, Opportunity y Curiosity, los robots que llevamos soltando desde hace 11 años sobre el Planeta Rojo. Pero incluso las nuevas imágenes de la NASA están despojadas de mística: Marte es un secarral con apenas unos arroyuelos, tan fascinante para la ciencia -¡y nuestro futuro!- como pocho para el ciudadano de a pie.

¿Qué esperábamos? Dependiendo del siglo y de la imaginación, desde "canales" de irrigación hasta caras talladas de un kilómetro y medio. O incluso pirámides al paso de nuestros simpáticos robots. Eso por no hablar de la cantidad de tiempo y esfuerzo que hemos invertido en imaginarnos un planeta en la ciencia-ficción para ahora reducirlo a una isla de rocas gigantes en la que naufraga el Matt Damon de The Martian.

¿Cómo hemos visto Marte hasta ahora?

Francesco Fontana

Este disco con una mancha en medio es la primera imagen de Marte más o menos científica de la que tenemos constancia. Se trata de los dos dibujos que realizó el astrónomo Francisco Fontana en 1636 y 1638. Fontana estaba emocionado por ese punto negro que detectaba su telescopio en mitad del planeta. Que no existe: ese punto negro era un defecto -o roña- en el primitivo artefacto del pobre astrónomo. Pero ya desde aquí empezamos a imaginar algo diferente a nuestro planeta.

Marte Christian Huygeens

El holandés Christian Huygeens tuvo mejor suerte en 1659, trazando el primer mapa de Marte, donde no sólo detectaba los polos, sino una imagen oscura con la que pudo medir el día marciano -con un excelente margen de error para la época: apenas 40 minutos de duración-. Esa mancha sí existe: se trata de Syrtis Major Planitia, y Huygeens tiene el mérito de ser el primer hombre en la Historia capaz de documentar un hito geográfico en otro planeta:

Syrtismajor
Mosaico digital en el que se Syrtis Major de cerca. Estamos pensando en mandar otro Rover justo ahí en 2020, por cierto.

Siete años después, Giovanni Cassini publicaba un mapa más detallado del ciclo marciano:

Cassini

Mapeando las "construcciones" marcianas

Canales Schiaparelli

Dos siglos después, tras cientos de mapas y observaciones cada vez más precisas sobre Marte, otro Giovanni (Schiaparelli) publica su mapa definitivo de Marte, que recoge casi diez años de trabajo: 1877-1886. Este mapa sería el detonante para la primera oleada de ciencia-ficción marciana. No sólo porque el astrónomo usase nombres de geografía terráquea para definir las regiones ("mares" y demás). Sino porque detalló unos canales que podrían servir como vías de agua.

El problema es que a Schiaparelli se le tradujo mal, dando a entender que sus canales eran construcciones artificiales, allí donde el astrónomo especulaba con que eran meramente indicadores de agua corriente y, por tanto, de la posibilidad de vida. Entre la pasión con la que Percival Lowell recogió sus hallazgos como argumento definitivo de que había marcianos,

Canaleslowell Los canales de Lowell a principios del siglo XX.

y la publicación en 1898 de La Guerra de los Mundos de H.G. Wells, el locurón marciano estaba en camino. Ya en los 60, la sonda Mariner IV mandaba las primeras imágenes cercanas de Marte (1965). Si el público esperaba ver marcianos, se equivocaba:

Mariner 4 El equivalente a comprarse un televisor 4K para ver tele normal.

Pero todavía quedaba hueco para la esperanza: una imagen de la Viking I en 1976 desató otra vez las delicias de los ufólogos. Ahí, en la región marciana de Cidonia, podía verse claramente una construcción que representaba un rostro, de más o menos kilómetros y medio de largo.

Cydonia

¿Restos de una antigua civilización? ¿Un monumento marciano? ¿Un telescopio desde el que ellos nos devuelven la mirada? No, una ilusión óptica conocida como pareidolia, la misma que te hace ver formas en las nubes. Y que, a más resolución, se desvanece por completo:

Marsreconoissanceorbitercara

La nave Mars Reconoissance Orbiter, que lleva dando vueltas a Marte desde 2006 (y que, junto a Curiosity, es nuestro cacharro más duradero en el planeta vecino), fue la autora de esa foto. Y también la protagonista del día: la foto que abre nuestro artículo es una imagen tomada por uno de los instrumentos de la nave, que demuestra la existencia de agua líquida en el verano marciano. Aunque esté retocada para apreciarlo. Porque Marte se ve así a ras de tierra. Y, de momento, lo que más mola de esta imagen lo hemos puesto nosotros allí:

Opportunity selfie
Fotomontaje de las fotos que sacó el Rover Curiosity en enero de 2015 para componer este selfi extraterrestre.

Marte en la ciencia-ficción

El mayor tropezón de Pixar en su trayectoria fue John Carter (de Marte), adaptación del serial pulp de Edgar Rice Burroughs de principios del siglo XX. Si Rice Burroughs te resulta familiar es porque también fue el autor de Tarzán (que nació un añito después que John Carter, en 1912).

Pero John Carter es una de las visiones más épicas del Planeta Rojo: una saga con princesas, monstruos, espadazos y demás influencias que más tarde se verían replicadas en tiras como el Flash [¡ah-aaah!] Gordon de Alex Raymond... O en los relatos de Conan de Robert E. Howard.

Frazetta John Carter visto por Frazetta.

Sin embargo, casi toda la ficción relacionada con marcianos los presentaba como fuerza invasora. El Planeta Rojo,como tal, ha tenido un lugar recurrente en la ficción como un sitio tan saturado de color como de tormentas. Desde Desafío Total, donde hasta a Arnold schwarzenegger le puede dar un chungo

via GIPHY

hasta otra película de desigual fortuna de John Carpenter, Fantasmas de Marte. Porque nada grita "cine marciano" como poner a Ice Cube cabreado en otro planeta.

Pero ni eso nos han dejado la NASA y Ridley Scott. Hemos pasado de las princesas de John Carter y los demonios de las lunas marcianas de Doom al secarral que nos retrata Opportunity.

11 genios del crimen en la era Facebook

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John Mogan

Un rápido e inexacto cálculo mental nos indica que cada día se emiten unas 960 horas de series sobre criminales y policías. Puede que sean menos, pero sí las suficientes para aprender un par de cosas sobre el mundo del crimen. La primera: no cometas delitos. No, en serio, está mal. No delinquir.

La segunda es que, si lo haces, NO LO SUBAS A FACEBOOK. Hemos revisado el historial criminal de un montón de gilipuert encallecidos delincuentes que se lo pusieron muy, muy difícil a la policía, subiendo sus fechorías a las redes sociales nada más. Con cualquiera de ellos, Breaking Bad habría durado dos capítulos.

1. John Mogan y Ashley Duboe: Petarlo Mal

Moganyduboe Ashley Duboe y John Mogan olvidaron la primera regla del atracador de bancos.

John Mogan, de 28 años, salió de la cárcel el 17 de julio con tres años de libertad condicional por delante. Presuntamente, él y su novia Ashley Duboe, de 24 años, decidieron celebrarlo un mes más tarde atracando un banco en Ohio. Mogan se tomó la molestia de maquillar sus tatuajes... Pero olvidó no petarlo en las redes con la pasta robada. Cuando las fotos de la pareja haciendo el tonto con fajos de billetes llegaron a la policía, no tuvieron que esforzarse mucho para conectar el atraco (una cámara captó la cara de Mogan) con Mogan y Duboe.

Moganyduboe2

2. Dominyk Antonio Alfonseca: hay que pedir las cosas por favor

Alfonseca, de 23 años, tuvo la brillante idea de entrar en un banco a principios de mayo y pasar una nota al cajero de turno en la que pedía "por favor" 150.000 dólares. También que la bolsa de dinero no estallase con pintura al abrirla y, ya que estaba, que activasen la alarma un minuto después de que se hubiese ido. ¿Cómo lo sabemos?

Alfonseca

¡Porque subió a Instagram la nota! Tiene mérito porque lo hizo antes de que la policía le detuviese menos de media hora después de salir del banco. Alfonseca, en su defensa, alega que no era un atraco porque lo pidió por favor y el cajero podría haberse negado.

3. Hannah Sabata: la ladrona youtuber

Cómo conseguir más de un millón de visitas en tu canal de Youtube:

  • ten 19 años
  • roba un coche
  • atraca un banco en Nebraska
  • compra marihuana
  • llega a casa
  • sube a Youtube un vídeo titulado "Pibita ladrona de bancos" donde cuentas todo lo anterior
  • ponlo también en la descripción del vídeo: "acabo de robar un coche y he atracado un banco. Ahora soy rica, puedo pagar mi préstamo universitario y me voy a fundir todo de tiendas. Que os den. Amo a GREENDAY"

4. Rodney Knight Junior: selfi ajena

No sé qué haría yo si entrase a robar en casa del periodista del Washington Post Marc Fisher. Supongo que me llevaría su abrigo nuevo, algo de pasta y el portátil de su hijo de 15 años. Y ya. Eso es el crimen, ¿no? Entras, coges, te piras. Pero qué sabre yo si Rodney Knight Junior, de 19 años por entonces, hizo lo mismo a principios de 2011 y añadió su "toque especial": abrir el portátil allí mismo, sacarse un selfi y postearlo en la cuenta de Facebook del hijo de su víctima.

Rodneyknight

Algo que llevó al oficial de policía de Washington Kyle Roe a señalar que "he visto a muchos criminales en mi vida, pero éste es de largo el más estúpido."

5. Jonathan Parker: FOMO

Uno de los primeros casos que recordamos de estupidez y delincuencia en las redes sociales. Jonathan Parker entró en 2009 a robar en una casa, se llevó dos anillos de diamantes y la policía no tuvo que esforzarse mucho para identificarle. Porque Parker, de 19 años, tuvo la brillante idea de consultar su Facebook en el ordenador de su víctima durante el robo. Y no cerró sesión.

6. Russell Sipe: FOMO, el regreso

Russellsipe

Rusell D. Sipe, de 30 años, nos da un poco de pena. Se coló a mediados de septiembre de este año en un gimnasio. Fingió que trabajaba allí, se paseó por las oficinas, trasteó con los ordenadores, hizo llamadas... Y robó 10 dólares, una tarjeta de crédito y un juego de llaves. Pero, como el titán que le precede, olvidó cerrar su sesión de Facebook. No sólo eso, dejó abierto un chat con unos colegas diciendo que si querían que les robase algo en dicho gimnasio.

7. Nicholas Wig: "¿puedes devolverme lo que me dejé cuando robé tu casa?"

Nicholaswig "¿Cómo salgo de aquí, Zuckerberg? ¡¿CÓMO?!"

Nichrolas Wig, de 26 años, entró a robar el año pasado en una casa de Minnesota. Y sí, se dejó el Facebook abierto. Por si fuera poco, olvidó ropa en casa de su víctima, a la que llamó por teléfono para proponerle que le devolviese sus cosas y... Mirad, nos hemos equivocado de post: tendríamos que haber hecho un test "¿criminal o tontico?".

8. "Los Brooklyn Bower Boys han aceptado tu solicitud de amistad, agente"

No sabemos qué mola más de este caso: si la policía de Nueva York subiendo a Youtube este vídeo de unos pandilleros que se dedicaban a robar casas... O que pudiesen grabarlos con las manos en la masa porque aceptaron a un poli como amigo de Facebook. Estos The Warriors de chichinabo le contaron todo al policía en su grupito de Facebook, incluido el día de su siguiente (y última) fechoría: la del vídeo.

9. Jesse Hipolite, inventor del precrimen

Jessehipolite

Otro atracador de bancos que presume en Facebook de sus crímenes, sí. Pero Jesse Hipolite aporta un toque de futurismo a nuestra lista: lo hizo antes de salir a la calle a atracar un banco de Brooklyn, en verano de 2011. Y, por si no había quedado claro con su estado "quiero promocionar [sic] un atraco, ¿quién se apunta?", días después actualizaba su estado con "¡El crimen paga mis facturas!".

10. Michael Baker: Fury Road

Michael Baker Su mundo es fuego y sangre.

Michael Baker, de Kentucky, tuvo la idea de gastarle una broma a la poli en 2012. El veinteañero se dedicó a sacar gasolina de un coche patrulla, pero a lo mejor no debería haber subido la foto a Facebook.

11. James Tindell: "Hola, estoy aquí"

James Tindell

James Tindell decidió en 2012 que estaba harto de la condicional (por un atraco cometido años antes), de tener que presentarse en un juzgado de Oregon cada mes y de seguir su rehabilitación. "Me voy a otro estado", le escribió al juez vía Facebook. "Cogedme si podéis". Pero, en su propio perfil, se dedicó a dar más información: "estoy en Alabama". Y su novia también se dedicó a actualizar su perfil con fotos que permitieron ubicarles mejor. Incluyendo una ecografía de su hijo nonato en la que figuraba el nombre del hospital y el condado en el que se encontraban. Tindell se ganó dos años y medio en prisión "gracias a Facebook", como comentaba el fiscal del distrito Michael Schmidt.

#ConLaVozBienAlta: el vídeo que demuestra "el espanto ante la homofobia"

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#conlavozbienalta

¿Cómo reaccionarías si una pareja de turistas estadounidenses que no entienden nuestro idioma te pide ayuda para encontrar un hostal? Intentarías explicarles dónde está, ¿no? ¿Y si al leer la carta de la reserva que te pasan, descubres que el dueño del hostal les llama "maricones" y amenaza con "partirles la cara" si les ve exhibir cualquier muestra de afecto?

Ese es el objetivo de "Con la Voz Bien Alta", la nueva campaña de la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales (FELGT): un vídeo impactante grabado "durante un solo día" con cámara oculta, en el que todas las reacciones son de ciudadanos anónimos, "que se alzan contra la discriminación y exigen que se tomen medidas para que esto no suceda", como nos cuenta el presidente de la FELGTB, Jesús Generelo.

El vídeo denuncia una problemática habitual en nuestro país, aunque aquí le suceda a una pareja extranjera ("los únicos actores" del mismo): según la Agencia de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea, la discriminación o las agresiones de todo tipo afectan en nuestro país a un 37% de la comunidad LGTB residente en España. Y sólo el 10% de los afectados denuncian.

Porque "todavía no es fácil, las víctimas tienen problemas y hay que animarlas a denunciar la discriminación. Como todavía no están desarrollados los protocolos ante estos casos, no se le puede poner toda la responsabilidad a las víctimas, tiene que ser la sociedad la que dé un paso adelante a favor de ellas", explica Generelo.

Como hacen los ciudadanos anónimos del vídeo al leer la carta, inspirada en casos reales, al ofrecerse a acompañar a los turistas a la comisaría para denunciar. Con la Voz Bien Alta es el broche final a "dos años de trabajo en Redes Contra el Odio, un proyecto que trata de implicar a todos los actores: asociaciones, fiscalías, fuerzas de seguridad del Estado, Ministerio del Interior, organizaciones de víctimas de homofobia y otros delitos de odio...".

Hacia una sociedad más concienciada

El objetivo de la campaña era poner en evidencia el problema, "desde una postura proactiva, no victimista, en la que intervenga la propia sociedad contra esta lacra que tiene en su interior". Generelo detalla que el vídeo, rodado con cuatro cámaras ocultas, se rodó en un solo día, "no costó tanto encontrar estas reacciones", ríe. Actitudes que "no voy a decir que nos hayan sorprendido, pero sí que ha sido muy bello ver la reacción de la gente, ese espanto ante el conocimiento de que suceden cosas así. Y eso que podríamos haber escogido ejemplos reales mucho peores, como agresiones físicas".

Conlavozbienalta Logotipo de la campaña que anima a denunciar la discriminación.

Tanto la campaña como el proyecto Redes Contra el Odio han sido financiados por los EEA Grants, fondos otorgados por Noruega, Islandia y Liechtenstein para reducir las desigualdades sociales y económicas de los países beneficiarios, España entre ellos. El resultado de ese trabajo, aparte del impactante vídeo, es que "estamos mucho mejor en cuanto a mecanismos de conexión y cooperación entre los actores que te comentaba. Hay una conciencia mayor de que hay que trabajar unidos".

Aunque en cifras todavía no se puede ver la mejora, porque hasta hace dos años "ni siquiera se recogían los datos de los delitos de odio, algo exigido por la Unión Europea". Generelo también aspira a que todo este trabajo desemboque en una legislación estatal por la igualdad y contra la discriminación LGBT, como las que ya tienen Cataluña y Extremadura en el ámbito autonómico. En la que se ponga el foco en la formación y la educación para prevenir este tipo de crímenes.

Así ha influido Internet en la literatura

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Pirate Cinema

El éxito de Ready Player One, de Ernest Cline, ha abierto el melón de la literatura que no le tiene miedo a Internet ni a su cultura. Las novelas tradicionales no se han atrevido hasta hace poco a abrazar al "enemigo" -antes la televisión, ahora Internet-, pero cada día está más claro que Internet está aquí para quedarse.

Autores y lectores de nueva generación digital entienden que puede construirse una literatura de consumo propio alejada de la ciencia-ficción. Una que tenga en cuenta que Internet ya no es ese "ahora" que puede convertir tu novela en ilegible si la anclas a una moda fugaz, o un elemento desconocido para el gran público, sino una parte integral de la experiencia humana.

Un mundo más veloz que la ciencia-ficción

El cielo sobre el puerto tenía el color de una pantalla de televisor sintonizado en un canal muerto. -William Gibson, Neuromante (1984)

El problema de Internet es que la ciencia-ficción llegó antes: William Gibson y Bruce Sterling, entre otros, iniciaron a finales de los 70/principios de los 80 su propio movimiento dentro de la denostada ciencia-ficción: el cyberpunk. Una literatura en la que el concepto de ciberespacio se daba la mano con la paranoia y el temor contracultural hacia los Estados y las multinacionales. Es decir, un Philip K. Dick online. Con lo que no resulta extraño que una de sus referencias visuales fuera el Blade Runner de Ridley Scott, película legendaria que se pasaba el relato original de Dick por el forro.

El cyberpunk añadió lustre visual y futurista a tramas que, en realidad, giraban sobre gente conectándose a Internet para hackear algo que gente más poderosa no quería que se hackease. No es precisamente lo más divertido del mundo, así que el ciberespacio se tiñó progresivamente de atractivos extra, desde formas y colores cercanos a los de Tron en las redes de Gibson hasta el Metaverso de Neal Stephenson (Snowcrash, 1992), un universo de videojuego no tan lejano al de los World of Warcraft...

Readyplayerone

O los de ese Ready Player One, cuyo éxito ha sido dirigirse a la generación de niños de los 80 con las herramientas actuales. Cline ha trazado una novela que es más una carga de memes y referentes pop para los que mamamos la teta del cine de Spielberg que una obra magna. Pero, precisamente, ese ha sido su logro: coger la fantasía llena de cibersamurais, hackers cools e inteligencias artificiales de los chicos del cyberpunk y traducirla en un producto vendible, de digestión sencilla.

Una flor de un día (su segunda novela, Armada, coge El Juego de Ender y la película Starfighter y los pasa por la batidora de Ready Player One sin el más mínimo acierto), en un momento en el que el cyberpunk está muerto y enterrado como género de ciencia-ficción, precisamente porque ya no anticipa el mundo. Gibson, su máximo exponente, es hoy un lúcido escritor de novelas de ficción especulativa, como País de Espías (2009) o Historia Cero (2012), con los pies apoyados en nuestro presente de drones y terminales inteligentes. Su Neuromante se ha quedado atrás.

La literatura surgida de Internet

Prez Prez, de Russell y Caldwell: protagonista de viral de Youtube se convierte en presidenta.

El relevo lo tiene en escritores como Warren Ellis. El británico es más conocido por sus cómics que por sus novelas. Global Frequency, la mejor serie de televisión que (aún) no existe, planteaba un esquema de Misión Imposible más Internet, con una red social de especialistas en todos los aspectos imaginables contra amenazas terroristas. ¿Puede ganar un especialista en parkour a las predicciones de un Citymapper a la hora de recorrer Londres en hora punta para encontrar una bomba?

Ellis es un ciberactivista literario. Sus newsletters son la principal forma de comunicación con los lectores de sus novelas Camino Tortuoso (un recorrido dantesco por un Los Angeles construido a partir de las pesadillas de la Deep Web) o Ritual de Muerte (donde en cuatro páginas cuenta cómo hay una guerra entre brokers para conseguir la mejor conexión a Internet posible en los alrededores de Wall Street). Y la prueba de que integrar nuestro mundo no implica cepillarse géneros: escribe novela negra, pero sin necesidad de anclarse en una realidad pasada y muerta.

Dave Eggers con El Círculo (2013); Acceso no Autorizado (2011) de Belén Gopegui; Alberto Olmos incorporando Internet como un elemento más de Ejército Enemigo (2011)... La lista de los que se sitúan al otro lado de la vieja guardia e incorporan el siglo XXI a su narrativa va en aumento. Mientras, en los diarios, Javier Marías le cuenta a Juan Cruz que Internet es matonismo e imbecilidad, aunque "tiene cosas maravillosas".

Internet también es la fiebre DIY: los autores o editores que se lanzan a la piscina ante la facilidad de poner tu libro en cualquier tienda digital e ignorar los filtros marcados hasta hace una década y algo por editoras y, sobre todo, distribuidoras.

El caso de Mark Dawson es un ejemplo extremo del Hazlo Tú Mismo que ha traído Internet: abandonó las editoriales para convertirse en escritor y editor. Amazon le reporta cerca de 400.000 euros al año.

Blogueros utilizando su diario online como plataforma y obra al mismo tiempo; webcómics garabateados que se convierten en recopilatorios en papel; escritores de la "generación Kindle" que venden más de cien mil libros a su bola; extrañas fiebres subliterarias con vocación de meme... Escribir y leer es algo más punk que nunca.

Los lastres del siglo pasado

"Cuando se agravó la guerra del copyright fue cuando empecé a entender de verdad que el coste de imponer el estilo del siglo XX de derechos exclusivos a los usuarios individuales del siglo XXI llevaría a un dramático recorte en las libertades que realmente importan, como la libertad de expresión y opinión, incluso la libertad de reunión y la libertad de prensa. Todos esos derechos se verían amenazados como resultado de la guerra del copyright" -Cory Doctorow.

Y luego está Cory Doctorow. El autor canadiense es la encarnación perfecta de ese nuevo modelo de escritor surgido de Internet. Él es parte de Internet: ha trabajado durante años para la EFF -la ONG que intenta defender la libertad de Internet-, es el coeditor de la otrora influyente Boing Boing... Y su actitud literaria deja ver ese trasfondo: Doctorow fue el primer autor en publicar una novela con licencia Creative Commons, posición que ha mantenido hasta la fecha, con el argumento de que aumenta sus ventas.

Permite la traducción libre de sus obras siempre que no haya ánimo de lucro -algo que este periodista pudo comprobar en una antología de relatos- a cambio de algo tan simple como que se mencione su última obra publicada. Presentó un libro en Second Life cuando la comunidad virtual todavía estaba de moda como sinónimo del Metaverso. Etcétera.

Corydoctorow Ilustración de "En la Vida Real", de Jen Wang y Cory Doctorow.

No es causalidad que se haya lanzado al mundo Young Adult -la etiqueta de moda en la literatura juvenil, con Los Juegos del Hambre como estandarte-, con obras como Pequeño Hermano, For The Win o la novela gráfica En la Vida Real (jugadora de videojuegos conoce a esclavo online chino en su juego favorito). Escribe para una nueva generación de lectores, una que cada vez ve más ajeno el concepto de novela vicésima. Y sus obras se acercan más a la ficción especulativa de un mundo conectado que a la ciencia-ficción pura. Dentro y fuera de sus páginas, Doctorow encarna un nuevo modelo de autor de la era Internet.

Comprender el mundo

La transformación que ha supuesto Internet ha traído consigo un renacer del ensayo. Incluso a la contra. Aparte de autores que no pasan de moda y son necesarios para entender la evolución mediática y social durante el último medio siglo (La Sociedad del Espectáculo, de Guy Debord; Cultura y Simulacro, de Baudrillard), o pioneros en el terreno de las redes (toda la obra de Manuel Castells) y el paradigma cultural al que nos han llevado (Homo Sampler, de Eloy Fernández Porta), Internet también ha sido el origen de obras propias y recientes que se alimentan de la red y diseccionan su presencia en la esfera humana.

Posiblemente Superficiales (2011), de Nicholas Carr, sea uno de los libros más influyentes de nuestro tiempo. Partiendo de una pregunta muy simple formulada en The Atlantic, "¿nos está volviendo estúpidos Google?", Carr teje un ensayo un tanto apocalíptico sobre la fragmentación de la información y lo que le hace a nuestro cerebro, la desaparición del viejo método de conocimiento memorístico y una estructura en la que nos volvemos dependientes de nuestras redes.

Nicholas Carr escribe en Superficiales: “A medida que 'externalizamos' la resolución de problemas y otras tareas cognitivas a nuestros ordenadores, vamos reduciendo la capacidad de nuestro cerebro 'para construir estructuras estables de conocimientos' –esquemas, en otras palabras- que luego puedan aplicarse a nuevas situaciones”.

O el lúcido Memecracia (2013), donde la periodista Delia Rodríguez cuenta cómo descifrar una cultura, la de las redes sociales, que se ha vuelto fugaz, eléctrica, contagiosa. Que ha saltado de esas redes a presidir todo el caudal informativo y donde triunfa la idea viral por encima de cualquier otra forma argumentativa: Internet ha generado ya sus propias lingüística y retórica para acompañar a su dominio memético.

Dataclysm

Dataclysm (2014) todavía no está traducido a nuestro idioma, pero es esencial para entender lo que estamos entregando a Internet a cambio de que se convierta en nuestro mundo: los datos que nos hacen ser quiénes somos y que permiten a las grandes compañías del sector como Facebook o Google conocernos mejor que nosotros mismos con la fuerza del Big Data. Christian Rudder, su autor, conoce el tema a la perfección: fue uno de los fundadores del sitio de citas OKCupid, uno de los primeros donde los algoritmos y el procesado de datos y respuestas se encargaba de sustituir la intuición humana a la hora de buscar nuestra media naranja.

O Convergence Culture (2008), de Henry Jenkins, que analiza las nuevas relaciones entre creadores y fans: el fenómeno fan-fiction, las comunidades de seguidores de las franquicias, las tensiones del FOMO (Miedo a Perderse Algo) en un mundo transmedia, donde cada obra se prolonga en todos los formatos imaginables. La obra de Jenkins, en general, son esenciales para entender exactamente en qué nos hemos convertido las audiencias y los emisores culturales.

A Deadly Wandering, del ganador del Premio Pulitzer Matt Richtel, se hace una pregunta: ¿somos esclavos de la tecnología o es a la inversa? Su libro es una extensa investigación periodística a la vez que un ensayo sobre los mismos temas que rumiaba Nicholas Carr con un punto de partida: Reggie Shaw, un conductor de camión que causó la muerte de dos científicos aeronáuticos mientras conducía prestando atención al móvil, y que lleva años peleando para enmendar su trágico error.

Nuevas/viejas narrativas

No son los únicos, ni mucho menos. Ni Internet se limita a los géneros tradicionales y al papel. Todos los géneros experimentan con las posibilidades del hipermedia, desde novelas gráficas realizadas completamente con gif animados a compañías de teatro como New Paradise Laboratories, que llevan años investigando una dramaturgia que se extienda a las redes sociales y el resto de herramientas de Internet.

Ejemplos comunes a un mundo transformado donde Internet ya es literatura. Y donde el debate actual es cuándo cambiarán las formas clásicas literarias para ganarse a un público acostumbrado a la fragmentación, ensordecido por la distracción constante y acostumbrado a los recaps de las series vistas en streaming. Tampoco sería una novedad que la novela-río perdiese vigencia un tiempo para dar paso a formatos más cortos.

Lo bueno de la literatura es que para ella todo está inventado: lo que Internet demanda en Medium y blogs y todo lo que venga después ya tuvo un pariente lejano en el folletín de Alejandro Dumas. Y la "muerte de la novela" es el Pedro y el Lobo de la literatura desde hace más de un siglo.

¿Acabarán los robots sexuales con la prostitución en 2050?

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Sexo con robots

Dentro de unas tres décadas, la presencia de robots sexuales en los países desarrollados hará que lo raro sea practicar el sexo con humanos. Es lo que afirma en un estudio Ian Pearson, científico futurista. Es cierto que su trabajo está en parte financiado por una empresa de juguetes sexuales, pero no significa que vaya desencaminado.

En nuestro presente de juguetes sexuales, cibersexo, y material online para todos los gustos, hay dos revoluciones a la vuelta de la esquina en principio alejadas de todo esto: realidad virtual y la introducción de androides en el hogar -uno de los más avanzados hasta se vende con una cláusula de que no te lo vas a encalomar-. ¿Es posible el sexo con robots por esas fechas? Sí. Y puede traer consecuencias sociales imprevistas: como el fin de la explotación sexual humana.

Presente y futuro de los robots sexuales

"Los replicantes son como cualquier otra máquina: pueden ser un beneficio o un peligro" -Rick Deckard en Blade Runner (1982).

Un robot es una máquina autónoma, programable, "capaz de realizar trabajos antes reservados sólo a las personas". El sexo entra en su definición. Y ya existen: los juguetes sexuales más modernos son robots, como lo es un brazo mecánico en una cadena de montaje, o lo eran los "vibradores de masajes" que anunciaban hace décadas las revistas del corazón. De lo que hablan Pearson y otros futurólogos es de androides y ginoides, robots con forma humana, de los que Pepper -el robot no sexual al que su empresa no quiere que "violes"- es sólo un ejemplo actual.

La robótica todavía no está tan avanzada como para ofrecer robots indistinguibles de los humanos. Lo más parecido serían las Real Dolls, las sustitutas de las muñecas hinchables, tan realistas en apariencia como poco interactivas. Pero las elucubraciones de Pearson y compañía no son nada disparatadas: la robótica de consumo va camino de ser la nueva informática de consumo, que en 30 años nos ha llevado de las teclas de goma del Spectrum y teles de tubo hasta el último iPhone en el bolsillo. Es más, ni siquiera necesitaremos que esos robots sexuales sean indistinguibles a todos los sentidos, porque la realidad aumentada y la virtual se encargarán del resto.

via GIPHY

El combo "máquina de follar con forma humana" y realidad virtual (realidad comercial a partir de 2016, de la mano de Oculus o de Sony) es un campo especulativo maravilloso, ni siquiera ciencia-ficción: con la tecnología actual o en desarrollo no cuesta nada imaginarse a hombres y mujeres descargándose ilegalmente archivos de comportamiento, voz y apariencia virtual, para que sus robots sexuales imiten a cualquier celebridad -viva o muerta- que quieran tener en su cama esa noche. Dispuestos a todo. Inmunes al cansancio, el estrés, la edad o la falta de libido.

Tener algo así en tu casa, todos los días, por un precio muy asequible, implica que al sexo como lo conocemos no lo va a reconocer nadie en el plazo fijado (si todo va como piensan los futurólogos, incluidos los no sexuales).

¿Adiós a la prostitución?

Realdoll

Si los robots van a quedarse con todos los trabajos, el ámbito del sexo no es una excepción. John Danaher, un académico de la Universidad Nacional de Irlanda en Galway, publicó hace un año y medio un artículo en el que discutía qué pasaría con la prostitución (¡y la renta básica de ciudadanía!) en nuestro inminente mundo de robots salidos.

Danaher se planteaba varias tesis, que resultaban en dos opciones: la desaparición o declive de trabajadores sexuales humanos porque ey, los robots son legales para empezar; o el aumento de la prostitución humana porque los robots nos habrán echado del resto de trabajos y algo hay que hacer para comer, combinado con la teoría -que de momento nadie puede demostrar- de que siempre preferiremos un humano a un robot para el ñiqui-ñiqui.

Aparte de Denaher, los investigadores de la neozelandesa Universidad de Victoria Michelle Mars e Ian Yeoman imaginaban en 2011 una Amsterdam en la que el turismo sexual sigue vigente, pero en la que el Barrio Rojo está lleno de robots, cuya explotación está directamente controlada por el gobierno y la prostitución humana ya no existe. Sus argumentos a favor: belleza y perfección física, adiós a las enfermedades de transmisión sexual...

bailes posthumanos en Ex Machina, vía GIPHY

Y la ley, otra vez. Cualquier gobierno del mundo podría lanzarse a tope contra la prostitución si tiene una alternativa que "no hace daño a nadie" -luego discrepamos sobre esto-, evita el tráfico de personas, permite reforzar la imagen de que el proxenetismo es un crimen, y ofrece un argumento a prueba de izquierdas y derechas: quién va a salir a decir que erradicar la prostitución es "un recorte de las libertades" o "condenar a la pobreza a X personas". Ya sabes quiénes, de cada lado. Pero el resultado es que sí: aplastar la prostitución de una vez por todas se convertiría en una buena fuente de votos.

Nuestra apuesta liminal se encamina a un tercer escenario: tanto Danaher como los neozelandeses implican que para tener un robot sexual hay que recurrir a la prostitución en el sentido clásico. No. Es cierto que habrá un sector al que le dé vergüenza tener un robot sexual en casa, pero no creo que el mundo vaya a distintos tipos de robot, cuando el futuro nos depare androides comerciales: éste para hacer la compra, éste para charlar mientras se pasea tu retro Roomba, este para hacerse pasar por ti en el trabajo mientras te quedas en la cama con otro...

Pasaremos por esa fase -ya estamos en ella, de hecho- incluso habrá distintas propuestas en el mercado, pero vuelve a mirar tu móvil: cuántas cosas hace y, sobre todo, a cuántas otras máquinas ha desterrado. Puede que los interesados en vender sexo cuenten con modelos especializados -igual que la dicotomía cámara reflex/cámara del móvil-, pero en cuanto llegue el primer androide tipo iPhone, capaz de hacer de todo de forma estándar, adiós. Ya se encargarán el resto de empresas de sacar complementos y apps para ambos sexos. Aunque tengan que venderlo como "módulo vibrador de masajes".

via GIPHY

Es decir, todos tendremos en casa algo para un apaño, si es lo que queremos. Para los que busquen algo más en robots del fornicio, otra subestimación que hemos visto en las predicciones es "el prostíbulo". ¿Cómo, que en 2050 no vamos a poder alquilar de forma anónima a un dron que nos traiga una caja sin marcas por la ventana con un robot dentro que se autoensamble y se vaya de la misma manera? Lo dudamos mucho. Y, como ya señalamos, la "piratería de identidades" para el sexo se convertirá en la nueva prostitución ilegal.

Así que, al menos en los países desarrollados, es posible que la prostitución sí se vea completamente arrinconada por los robots para 2050. Incluso el cibersexo tirará por ahí: personas reales que interactúen sexualmente a distancia sin tener que acostarse físicamente con desconocidos.

¿Qué sucederá con los humanos?

Autómata

En ese escenario, con un modelo legal mucho más restringido, la prostitución humana seguirá existiendo, claro. En países subdesarrollados donde las posibilidades económicas no permitan contar con una legión de robots -o mantenerlos-. El turismo sexual se convertirá en "vamos a países donde podamos tener sexo con humanos pagando", sobre todo para aquellas filias que los robots no puedan cumplir o emular. La brecha sexual será la nueva brecha digital.

No es, necesariamente, un mundo mejor. Una de las consecuencias sociales, señaladas por Denaher en su artículo, es que la desaparición de la prostitución humana, allí donde se produzca, generará nuevas bolsas de pobreza, especialmente en quienes se dedican a ella como último recurso económico. Algo que podría acelerar el debate sobre la renta básica de ciudadanía: no hay trabajo para todos, ni siquiera fuera de la ley.

Y allí donde permanezca de forma extendida será mucho peor: la demanda de sexo con humanos en este escenario conlleva más abusos y peores condiciones. Para el grueso de la sociedad también habrá consecuencias negativas. Existen defensores de una ética para el sexo con robots y tienen varios argumentos a favor, desde los más lejanos (¿qué pasará cuando existan las inteligencias artificiales? ¿Tendrán derechos?) hasta los menos relacionados con robots. Si en nuestra sociedad ya tenemos el debate sobre si la preponderancia de la pornografía afecta al desarrollo de la sexualidad, un mundo de sexo con robots infatigables e incapaces de decir "no" puede afectar a las relaciones entre humanos. La aparición de una sociedad en la que asociemos sexo con consentimiento perpetuo puede destrozar las relaciones entre personas.

El "síndrome del celibato"

Shibuya Night

El problema del rechazo y el declive sexual es otro debate interesante con Japón, precisamente, como protagonista. El país que quiere cuidar con robots a su población cada vez más longeva es también el más relevante a la hora de hablar del desinterés en el sexo entre humanos. No es sólo que no tengan hijos, es que las estadísticas cada día refuerzan más la idea de que ni siquiera quieren hacer lo que viene antes de tenerlo. Una sociedad de sexo como humanoides podría heredar varios tics de ese extraño síndrome japonés: la timidez, el rechazo -la incomprensión al mismo- y una alternativa indistinguible de la humana podrían erradicar el ligoteo, el Tinder y a un porcentaje del público discotequero -bueno, esto no es negativo-.

Ligar en persona -o tener relaciones habituales con humanos fuera de una relación- se convertiría en algo deliciosamente contracultural, excéntrico, marginal. Una cultura ludita y rebelde que tendría un efecto colateral inimaginable en sólo un par de generaciones: estar online, vivir la singularidad tecnológica, se convertirían en algo propio de neoconservadores. El nuevo punk y los devotos de las religiones establecidas tendrían algo en común, aunque fuese tangencial: hacerlo con máquinas está mal.

Humanos Uno de nuestros futuros, con son sin sexo de por medio.

En el peor escenario posible nos convertiríamos en uno de los peores resultados de la singularidad: los gordos de Wall-E, una sociedad hedonista que no tendría ningún motivo más allá de la mera supervivencia para salir de un mundo ilimitado de placeres tecnológicos. Porque también hay que tener en cuenta que, si podemos fabricar humanoides indistinguibles de los humanos para el sexo, también lo serán para todo lo demás: amigos ficticios que siempre te ponen likes, familiares imaginarios que no dan la murga, culturas de egos tan extensos como frágiles y vidas virtuales que dejen a la PlayStation a la altura de un palo. ¿Felices?


¿Es posible ganarse la vida como "inseminador profesional" y tener más de 100 hijos?

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Ed Houben

Ed Houben es donante de semen y tiene más de 100 hijos a sus 46 años. Niguno es de su mujer o de su pareja, tampoco fueron concebidos en un laboratorio, ni siquiera con una jeringuilla. Digamos que lo hace "a la vieja usanza". Incluso compartiendo el dormitorio con el futuro padre legal.

Pero su situación particular despierta preguntas fuera del morbo. La primera, dado que está fuera de los círculos de reproducción asistida habitual: ¿se gana la vida con ello? ¿Sería posible hacer algo parecido a lo de Houben en España?

¿Puede un donante tener 100 hijos?

Sería complicado. Houben es un caso único, que decidió cambiar la frialdad de las clínicas de reproducción asistida por la fecundación in situ. Y ni él ni nadie podría presumir de semejante legado genético en la mayor parte de los países que permiten la reproducción asistida. La ley española, por ejemplo, limita a seis el número de hijos que un donante de semen puede ofrecer:

Artículo 5.7

El número máximo autorizado de hijos nacidos en España que hubieran sido generados con gametos de un mismo donante no deberá ser superior a seis. A los efectos del mantenimiento efectivo de ese límite, los donantes deberán declarar en cada donación si han realizado otras previas, así como las condiciones de éstas, e indicar el momento y el centro en el que se hubieran realizado dichas donaciones.

La idea detrás de este límite es minimizar las posibilidades de endogamia entre los descendientes de los donantes. Y casi todos los países añaden restricciones similares. La del Reino Unido es una de las que más pueden acercar a un donante anónimo a la hazaña de Houben: sólo diez familias pueden recurrir a un donante concreto, pero esas familias pueden tener todos los hijos que deseen o puedan permitirse de dicho donante.

Lo que lleva a que, en Inglaterra, los 500 principales donantes hayan engendrado unos 6.000 hijos. El récord británico legal ronda los 20 hijos, muy lejos aún de Houben. Por lo menos, el holandés reparte por el mundo su descendencia: tiene al menos cuatro hijos en Alemania. Y su prole se extiende por España, Italia, Bélgica, Nueva Zelanda, Japón, Brasil y Australia, entre otros.

¿Y vivir de ello?

No. A pesar de que el holandés mantiene una apretada agenda y tiene reputación internacional, su trabajo oficial es "guía turístico" en Masstricht. Las leyes holandesas permiten la subrogación, aunque sea a la inversa de lo que conocemos como "vientres de alquiler", siempre que sea altruista. En España la cosa es un poco más complicada: la ley española no reconoce los contratos de subrogación -y, por tanto, todo el acuerdo-, a no ser que uno de los implicados sea ciudadano de un país donde sean legales. Es decir, Ed Houben puede hacerlo porque en su país es legal, pero "aunque sea rico en hijos, no lo soy en dinero".

Ser donante de laboratorio tampoco es una salida profesional. En España, el dinero que reciben los donantes "no puede suponer un incentivo económico", según esa ley que citábamos antes (se paga entre 30 y 50 euros cada donación). E, incluso en los países que permitan el incentivo, como Estados Unidos, vender el esperma no da para vivir. Una clínica de fertilidad estadounidense al azar usa como gancho "hasta 1.000 dólares al mes", algo menos de lo que podría cobrar un trabajador a jornada completa con el salario mínimo de ese país.

Así que ni Houben -cuyos espermogramas han arrojado durante años un recuento de espermatozoides altísimo, unas cinco veces por encima del límite fértil- ni nadie podría ganarse la vida como "padre de alquiler".

¿Es la persona con más hijos del mundo?

Familia de Ziona Chana

El de Houben no es el primer caso de un donante que engendra más de 100 hijos. De hecho, ni siquiera se acerca al doctor Bertold Wiesner, al que se le calculan entre 300 y 600 hijos como poco. ¿Cómo lo hizo? Mintiendo. Wiesner era el director de una de las primeras clínicas de reproducción asistida. Y también el encargado de conseguir las donaciones "de amigos". Hoy se cree que esos amigos eran inexistentes y que era el propio científico austríaco el donante único de su clínica.

Fuera de la subrogación, el caso más espectacular es el de Akuku Danger, un keniata al que se le atribuyen entre 210 y 415 hijos, dependiendo de la fuente... Fruto de sus 130 matrimonios (y 80 divorcios) durante sus 92 años de vida. También destaca Ziona, el cabecilla de la secta polígama Chana, en la India, casado con 39 mujeres y al que se la atribuían 94 hijos en 2011.

Si hablamos de mujeres, la cifra de la señora Vassilyev tiene más mérito: se le atribuyen (con cautela) unos 69 hijos, dado que todos sus partos fueron múltiples entre 1725 y 1765.

Qué hay que leer de Mankell para haber leído a Mankell

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Henning Mankell

El escritor sueco Henning Mankell dejó antes de morir una crónica sobre su vida y su enfermedad, Arenas Movedizas, unas memorias escritas desde la certeza de la propia muerte. Un libro autobiográfico en el que Mankell repasa su vida y sus obsesiones sin la careta de su alter ego ficticio, el detective Kurt Wallander que le dio la fama y el éxito.

La memoria, el legado, la muerte, la sociedad y sus tensiones políticas... El escritor, novelista apasionado del teatro, reflejó en toda su obra la obsesión por estos temas. Mankell ha fallecido hoy y exploramos su obra para condensar un mensaje que siempre tuvo presente: "Moriré, pero mi memoria sobrevivirá". Con el subtítulo "una reflexión personal sobre el SIDA", Mankell reflexionaba en ese ensayo de 2008 sobre lo que dejamos detrás. El escritor era un enamorado de África, y el ensayo repasa el impacto de la pandemia que es el SIDA en el continente, centrándose especialmente en los esfuerzos que hacen los enfermos para dejar la impronta en sus familiares mediante pequeños "libros de recuerdos", que pueden tomar cualquier forma.

Kurt Wallander

El principal "libro de recuerdos" de Mankell es la saga del inspector Kurt Wallander. Un hombre vulnerable, iracundo, empático con los males del mundo, imperfecto. A través del cual el muy político Mankell -la principal diferencia con Wallander, que nunca exhibe su ideología- repasa el fin del ilusorio "paraíso sueco", hecho añicos con el asesinato en el mundo real de su primer ministro Olof Palme, en 1986. Un asesinato aún sin resolver y que planea como un fantasma sobre toda la saga Wallander, hasta su última novela.

Durante el transcurso de sus 10 títulos principales (más un libro de relatos y varios títulos conectados, incluso uno protagonizado por la hija del detectvie), traducidas a 37 idiomas y con más de 35 millones de ejemplares vendidos, Wallander resuelve crímenes y disecciona una sociedad sueca con mucha mierda debajo de la alfombra. También padece diabetes y acaba descubriendo que su vejez estará marcada por el alzheimer: la pérdida de la memoria y la identidad, la muerte en vida para escritor y personaje.

“La sombra se había acentuado. Y muy despacio, Kurt Wallander fue desapareciendo en una oscuridad que, unos años después, lo sumió en ese universo de vacío que llamamos Alzheimer. Y después nada. El relato de Kurt Wallander termina ahí, irrevocablemente. Los años que le queden por vivir, diez o quizás algunos más, le pertenecen a él, a él, y a Linda, a él y a Klara. Y a nadie más” Henning Mankell, El Hombre Inquieto (2009)

Si tuviésemos que quedarnos con uno de los libros de Wallander, sería "La falsa pista", la quinta novela de la serie publicada en 1995 (en España, en 2001), y con la que el mundo descubrió a Mankell. Todas las ideas que apuntaba o terminaría por desarrollar la serie ya están aquí y es el libro perfecto para engancharse al resto y acompañar a Wallander en lo que le queda de recorrido.

Un recorrido que ya ha sido adaptado tres veces a la pantalla: en forma de serie telefilmes suecos, con una serie de televisión también sueca, y por la BBC en formato miniserie donde a Wallander le da vida otro amante del teatro: Kenneth Brannagh.

El reconocimiento de Mankell fuera de sus fronteras supuso la punta de lanza de la revolución de la novela negra nórdica en el mundo, facilitando el éxito de sagas como el Millenium de Stieg Larssen. El propio Mankell se describió a sí mismo en alguna ocasión como "el Björn Borg" de la novela negra sueca, el primero de una larga estirpe instalada en la élite.

El otro Mankell

Mankell se deshizo de Wallander en 2009 (con una precuela a ese final en 2013, "Huesos en el jardín"), pero lo cierto es que hacía una década que el personaje había "terminado". El éxito de Wallander coincidió con la doble vida del escritor, con un pie en Suecia y otro en Mozambique, donde poseía un teatro.

La fascinación por África la demuestra en Comedia Infantil (1995), donde un niño relata la destrucción de su mundo por la guerra 8y que tuvo una adaptación al cine en 1998. También en obras como la extraña "El ojo del leopardo", por momentos una película de Kurosawa. O "El ángel impuro", novela tan histórica como policíaca que reflexiona sobre el colonialismo.

El prolífico Mankell nunca dejó de escribir novela negra, y de su etapa post Wallander cabe destacar "El chino" (2008), que empieza como una novela policíaca, se convierte en uno de esos thrillers globales que tanto gustan a los best-sellers y que oculta un examen de la realidad social de los desheredados de la China del crecimiento económico.

Fuera de la novela negra estricta, Zapatos italianos (2006) es una novela intimista y emotiva, de sólidos personajes, en los que se cuela el amor de Mankell por la dramaturgia. Y escrita con un ojo pensando en las atmósferas que creaba su suegro, el director Ingmar Bergman.

La muerte, la injusticia, Suecia, África, la identidad y nuestro legado. Independientemente del género, Mankell siempre fue Mankell. Sus libros se encargarán de recordarle.
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Foto: Frankie Foughantin

Cómo convertir el cocido en el nuevo alimento de moda

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Cocido

La consagración del cachopo como comida hipster fue una señal del Apocalipsis. De la noche a la mañana, el cachopo se puso de moda en las redes sociales. ¿Como broma irónica? Tal vez, pero una que se nos fue de las manos: rutas de cachopo, fotos de cachopo por doquier y las dos Españas divididas entre "el cachopo es lo más" y el "es un sanjacobo grande". El cachopo fue, es, la nueva ginebra.

Nosotros apostamos por otra opción: el cocido, aprovechando que empieza el otoño, que nos pirra... Y que es "una cocina punk, una rebelión contra la estética de los últimos años", según Jesús Terrés, cronista gastronómico en Traveler. Pero, ¿cómo ponerlo de moda? ¿Le hace falta? Tanto Terrés como Rafa Gil, director creativo de Kitchen, coinciden en que el cocido nunca ha dejado de estarlo. Gil señala que el cachopo "triunfó, entre otras razones, por la novedad y porque tenía un naming muy potente: ca-cho-po. Eso es difícil de conseguir en publicidad". Cierto, pero no nos resignamos. "El cocido tiene a su favor que está grabado en nuestras mentes y se puede jugar con él como elemento nostálgico, tan presente como el Colacao".

"Es un poco como el vinilo", prosigue Terrés. "Puede que llegue un punto en el que esté muy presente en las redes y los medios, pero nunca ha dejado de estar ahí. Hasta hace un año nadie, absolutamente nadie, decía 'el cachopo es mi plato favorito'. Pero el cocido, sí, ya estaba. Puede que ahora le estemos dando más bola, pero no es novedad".

El cocido también ocupa un punto social distinto. Para Rafa Gil, "tiene un elemento de tradición asociado a su consumo muy importante, y un punto de hermandad y felicidad muy explotable. Yo casi me imagino un anuncio como el de los hippies de Coca-Cola".

Que levante la mano quien no haya pensado en una versión moderna de esto poblada de malasañeros y lavapieseros cantando in perfect harmony: barbas kilométricas, gafas Hawkers, ollas de barro en las manos. Pero, la tradición. José Alberto Rodríguez la encarna como nadie; el propietario del Malacatín, meca del cocido madrileño, es la cuarta generación al frente del restaurante, con 120 años a sus espaldas. Y la felicidad es un elemento que tiene muy presente en su plato estrella: "Normalmente el cocido no se come a solas. Te crea relaciones sociales: ves a los comensales que llegan con temas de trabajo, se terminan quitando la corbata, la americana y hablando de lo que sea con un pacharán de postre. La gente se relaja. Sale con una cara de felicidad, desbordantes de calorías".

Y Terrés le da la razón: "siempre que voy a Madrid, tengo la costumbre de quedar con unos cuantos amigos e irnos a comer un cocido. Vamos al Malacatín, a La Bola o al Lhardy, y los disfrutamos porque es una comida muy tribal. No tiene nada de tapeo, es visceral. Ves como se echa el caldo, el olor es potente. Es la antítesis de la época que hemos tenido. Tan pija, tan estirada, tan nórdica y tan asquerosamente limpia. En ese escenario de preciosidad no había lugar para una cosa más destroyer, para algo tan Mad Max como el cocido."

El cocido contra Instagram

El cocido no encaja bien en el foodgrameo, esa moda inagotable de subir a Instagram fotos ultracuquis de platos que parecen más un objeto decorativo que algo que tiene que mantenerte con vida. Y donde trolear o quejarse fue, durante un tiempo, subir fotos de callos, de cocidos, de cuchara, a esa ventana de cuadrícula y composición im-pe-ca-ble con mil hashtags.

Terrés: "estamos todos dando patadas un poco al concepto 'Mr. Wonderful'. Estamos cansados de todo lo perfecto. El éxito de Snapchat viene un poco por el hartazgo del rollito Instagram, de los filtros y la perfección.** El cocido puede ser el triunfo sobre la belleza estéril** y falsa, de postureo e Instagram y demás. Puede funcionar muy bien. Es punk, mola".

"No te lo puedes comer en 10 minutos"

Cocido lebaniego

La cita es de Terrés, de Rodríguez, de Gil, del que firma, y de cualquiera que alguna vez se haya echado los tres platos al cuerpo. "Es el concepto", asegura Terrés, "contrario al rollo sushi, ahí con la delicadeza y las manitas. Es algo fuerte. Viene un tío con bigote y te echa el caldo, sale vapor, es intenso, es cercano. Es por lo que mola: comer eso entre cuatro o cinco va contra todo esa asepsia que hemos vivido".

Pero, ¿cómo se come un cocido bien? "Hay un ritual", prosigue Terrés, "que es sagrado, que son los tres vuelcos. El primero es el caldo donde se ha mezclado todo. Es una cocina muy de otoño-invierno, aquí en Valencia no tendría sentido. El segundo es el de los garbanzos y las patatas, que da consistencia. Y el tercero que sería el 'guarro', que es el de la carne, el de las viandas, donde ya cabe de todo".

Es una filosofía que llevó en Italia, en 1986, a la creación del movimiento slow food. La apertura de un McDonald's generó una reacción en busca de la "comida lenta". Una idea que abrazan muppies, hipsters y demás etiquetas-bluf. Y en la que se puede vender el cocido perfectamente, como explica Rodríguez:

"Para un buen cocido hace falta tiempo. Tienes que empezar a prepararlo 24 horas antes, los garbanzos en agua, los huesos en agua, etcétera. Y fuego lento, como cuatro o cinco horas. Es un hándicap con la vida que tenemos: nadie tiene tiempo para cocinar, nadie tiene tiempo para comprar. Los guisos se están perdiendo. Pero la gente se está dando cuenta de que es mejor alimentarse bien, de cuchara. No importa lo que comas, comer en un cuarto de hora no puede ser bueno, en ningún caso. Y el cocido es muy completo: tiene sopas, verduras, legumbres, carnes de varios tipos. En Madrid se hace con garbanzos, pero hay zonas de España que lo hacen con judías.

Y no es como una paella, necesitas una hora en comerte un cocido. Se solapan los platos. No hay un primero y un segundo, una interrupción entre platos. Nosotros tenemos calculado que estás una hora comiendo tranquilo, algo que crea un ambiente especial"

Origen humilde

Cocidomontanes Un cocido montañés. Y tú te quejabas de que no podías acabarte un cachopo.

"Otra cosa que le veo", expone Gil, "es que podría colocarse como un elemento de unión entre pueblos, una especie de bandera de nuestra gastronomía: un cocido es un cocido aquí y en cualquier parte". Pero con límites. Rodríguez asegura que los clientes a los que más ve disfrutarlo son canarios: "allí no se lo pueden comer, por el calor y la humedad. Vienen a Madrid y lo disfrutan como niños pequeños. Es una comida fuerte, y creo que a partir de La Mancha es dura. Tendrían que hacerlo más ligero, porque ahí rompes a sudar. En Sevilla te mueres si te comes uno. Nosotros cerramos en agosto porque es imposible. Aunque haya aire acondicionado, al salir fuera explotas. El aguante también, aunque yo sí como cocido en verano".

El cocido es un plato de origen humilde. Un plato de campesinos que da para aguantar toda la jornada. "Quizás tenga que ver con el frío", coincide Terrés, "y con el interior. Ese tipo de 'cocina de pobre' es impensable en Puerto de Santa María, por ejemplo. Ni los restaurantes de costa están enfocados a eso, son más de barra, más de comer otra cosa. Lo veo como algo más de Madrid y las dos Castillas, relacionado con lugares lejos del mar. La semana pasada tuve que ir a Dénia a hacer un reportaje con pescadores. Y cuando llega la pesca es otra cosa, incluso para las ollas y las comidas intensas. Las zonas pesqueras tienen su propia gastronomía "de pobre": los restos, los caldos..."

La vertiente gastronómica

Cocido

Por la parte gastronómica, es fácil venderlo, según Terrés: "estamos en una tendencia de la vuelta al producto. Cada vez es menos vanguardia, menos tecnificación y vuelta al producto desnudo, a tocarlo lo menos posible. Es un poco el dogma gastronómico actual. En el cocido si la materia es buena", que es algo que también Rodríguez confesó como esencial, "se va a percibir, es una buena manera de tomar un buen producto. El cachopo no puede llegar ahí: está frito, rebozado".

"Por ese camino es muy buena vía. Si te aseguras una buena materia propia, pues no hay más historia. Si tienes buena verdura y buena carne se notará la diferencia. Si coges carne congelada te saldrá un cocido chunguete. Es el WYSIWYG ['What you see is what you get', lema de los programas informáticos que te dejan ver el resultado mientras trabajas traducible como 'lo que ves es lo que hay'] de la cocina. Es un poco como la gastronomía italiana: ves en la comida el tomate y la pasta y no hay manera técnica de ocultarlos. El cocido va un poco por ahí".

"Cada vez que un runner ponga un ritmo de carrera en las redes sociales, o cuelgue la típica frasecita de 'si puedes soñar, puedes hacerlo', hay que contestarle con una foto de un cocido en su cara."

Mi propuesta de alimento de crisis, de respuesta frente al fast food teniendo en cuenta su versatilidad ("vale de un día para otro, como ropavieja o con algo tipo hummus con los garbanzos", recuerda Rodríguez), no convence mucho. Menos a Terrés: "Un buen restaurante de cocido no es barato. Es como lo que te comentaba del vinilo: no es un consumo 'pobre'. Y los que están recuperando el cocido no son habituales de la comida basura. Independientemente de los cuatro locos que siempre hemos ido a comerlo, los que lo están recuperando son aquellos que hace un año estaban obsesionados con el tiradito, una audiencia mutable que siempre va probando cosas. No tienes mucho recorrido por ahí".

El zeitgeist del cocido

Cocido Las viandas, el último plato del cocido donde cada región echa todo lo que considere NECESARIO.

"Lo que pasó con las hamburguesas, cuando volvieron a ponerse de moda, es que fueron al origen para reinventarse", resume Rafa Gil. "El cocido tiene que hacer lo mismo, ir a la esencia y crecer desde ahí, para alcanzar ese estatus de moda que buscas". Que, en el punto de partida de este artículo, es una ruptura con el postureo y la estética aséptica de la modernidad.

Ahí Terrés se desata: "es fácil. Es una cocina agresiva, sales con ganas de coger un azadón y pegarle a alguien, de hacer un Puerto Hurraco. Es una cocina punk por las formas, por el propio exceso, en contra de una época". Me vengo arriba: hay que cambiar el zeitgeist, el espíritu de esta época, y yo quiero hacerlo con cocido. Cuando le hablo a Terrés de las modas dietéticas y de fitness; de los cuentacalorías, del fuertecismo, del running ubicuo, lapida sin piedad:

"Un buen cocido es una herramienta antirunner. Cada vez que un runner ponga un ritmo de carrera en las redes sociales, o cuelgue la típica frasecita de 'si puedes soñar, puedes hacerlo', hay que contestarle con una foto de un cocido en su cara. Es antitodo, un arma arrojadiza, es la máscara de Guy Fawkes de los de Anonymous: el cocido es la bomba en el Parlamento".
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Fotos
Apertura - Restaurante Malacatín Cocido Montañés - Uhanu
Cocido lebaniego - El Club de la Puchera
Cocido de cerca - Javier Lastras
Cocido madrileño - Salvatore G2

¿Cuál es el animal más inteligente que nos comemos?

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Pulpo

Cada día aprendemos un poco más sobre la inteligencia de los animales. Nuestro ego como especie se ha quitado la venda y ahora podemos clasificar a nuestros compañeros de planeta en algo más que "humanos listos, monetes graciosos y, el resto, todos tontos".

Sabemos que los delfines cuentan con cerebros tan complejos como el nuestro. Que las cacatúas pueden bailar y hacer preguntas existenciales y que las ballenas son casi tan creativas como nosotros cazando su comida. Pero, ¿y de los animales en los que pensamos sólamente como "comida"? ¿Estamos cocinando seres más capaces de lo que creíamos?

Pero, ¿qué es la "inteligencia animal"? Hemos tardado bastante tiempo en darnos cuenta de que no es como la nuestra y, por tanto, que no podemos intentar medirla como tal. Hasta hace poco, los test a los que sometíamos a los animales tenían tres problemas: el diseño del experimento (que señales algo a un animal sin manos es como intentar descifrar sin conocimiento previo el lenguaje corporal de un gato), el trasladarles comportamientos "humanos" como muestra de inteligencia (el "autocontrol") o, directamente, el no tener ni idea de cómo hacen las cosas.

El pulpo

Aún así, poco a poco hemos descubierto facetas que nos harán repensar si no nos estamos comiendo a vecinos evolutivos con capacidades mentales sorprendentes. Con los pulpos y sepias a la cabeza. El sistema nervioso de estos invertebrados les convierte en una de las criaturas más "listas" y fascinantes del planeta. Son capaces de usar herramientas, algunas familias son capaces de mimetizarse con el entorno de forma absolutamente alucinante,

pueden aprender de sus errores, desarrollar estrategias, resolver problemas complejos...

Poseen una destreza distribuida con la que nosotros no podemos ni soñar: cada tentáculo tiene "mente" propia, lo que les convierte en los únicos seres del planeta frente a los que no podemos presumir de pulgar oponible. Son aventureros y exploradores, capaces incluso de darle la vuelta al concepto "pesca submarina".

Son tan distintos de nosotros que más de un científico los ha calificado de "inteligencia alienígena". Tanto, que son los únicos invertebrados con tratamiento especial en las leyes sobre experimentación animal del Reino Unido. Normal, también, si consideramos que esa inteligencia y su habilidad de escurrirse enteros por cualquier agujerito les ha llevado a protagonizar intentos de fuga de todo tipo y saltarse las pruebas diseñadas para ellos.

A su familia, los cefalópodos, se la considera como "los primeros seres inteligentes del planeta". También dan para teorías tan locas como que decoran sus casas o que, hace decenas de millones de años, sus antepasados hacían autorretratos... con las vértebras de sus víctimas.

Kraken El equivalente submarino prehistórico a colgar una calavera en la puerta de tu casa.

Afortunadamente, no tienen ningún tipo de transmisión cultural entre generaciones -que sepamos-. Si los pulpos fuesen capaces de enseñar a sus descendientes lo que saben y aprenden, jamás me plantearía comerme a un bicho ninja, espabilado, venenoso, con más brazos que yo y capaz de atacar fuera del mar.

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El cerdo

Cerdo Moritz, un cerdo alemán capaz de resolver puzles sin ayuda.

Comer cerdo es tan natural que siempre olvidamos que son uno de los animales del planeta más parecidos a nosotros por dentro. Y el resto de sus capacidades: existen bastantes casos documentados, desde hace siglos, de gente que ha preferido el cerdo al perro como mascota centinela. Son astutos, capaces de engañar a sus oponentes intencionadamente, algo al alcance de muy poquitos animales. Son tan listos que, sometidos al test del espejo -que se usa para averiguar si el animal tiene conciencia de sí mismo-, en unas horas pueden interpretar cómo funcionan los espejos y usarlos para encontrar objetos ocultos.

También tienen una compleja vida y estructura social -los que pueden vivir fuera de las granjas-, pueden identificar y recordar a largo plazo tanto a cerdos como a otros animales -como nosotros- y responden a su propio nombre. Oh, y aparte del meme de que tienen orgamos de 30 minutos (algo que, en mi libreta llamada "CIENCIA CHACHI" les garantiza un lugar en el puesto de "animales más listos que yo") son capaces de jugar a videojuegos y realizar otras "pruebas de inteligencia" diseñadas para primates:

La vaca

Sorpresa: resulta que apartar a los terneros de sus madres y quitarles los cuernos les produce algo parecido al pesimismo. No sólo eso, sino que son más listas de lo que pensábamos, capaces de aprender -a su ritmo- estímulos individuales y de disfrutar sus propios logros cuando aprenden a resolver problemas.

Puede que las vacas no nos parezcan muy inteligentes en comparación al resto de los animales de la lista, pero la exhibición de cognición "emocional" que registran los estudios hace que tengamos que mirarlas con otros ojos. Es decir: puede que no haya que calificar a los animales como "más listos que", una escala linear que no lleva a ningún sitio. Sino aceptar la idea de que muchas especies poseen capacidades únicas que habíamos ignorado en busca de ese CI animal inexistente.

Otros animales de granja

Así, aparte de un complejo sistema de comunicación de al menos 30 señales únicas, sabemos que las gallinas son capaces de rudimentarias habilidades matemáticas (pueden diferenciar entre un grupo grande y un grupo pequeño, aunque sólo haya un elemento de diferencia) y de entender ciertas propiedades transitivas (si A es mayor que B y B es mayor que C, entonces A es mayor que C).

O, en otra muestra de lo mucho que nos queda por aprender de los animales, que los pavos no son completamente idiotas, sino que la domesticación y ciertas condiciones genéticas hacen que nos lo parezcan. No, no se ahogan con la lluvia porque son tan bobos que se quedan mirando al cielo, sino que es una tortícolis. No, no son tan estúpidos que ignoren que no pueden volar, sino que están criados para ser muchísimos más gordos que sus primos salvajes -que vuelan bastante bien-. No, no es cierto que no sepan cómo reproducirse solos: están tan gordos que no pueden. Eso sí, Tom Savage, el científico que afirmaba esto en 2003 tras 30 años de estudios, también declaraba que en Acción de Gracias se comía uno igual.

Cabras y problemas Dos cabras resolviendo un problema para conseguir comida.

Algunos animales son más capaces en un área que en otra. Un experimento con cabras demostró que algunas podían aprender a resolver el "problema de la caja" (activar un mecanismo) para conseguir comida. Y recordarlo 10 meses después. Pero, sin embargo, si ponías a otras cabras a mirar cómo lo hacían las que tenían éxito, eran incapaces de aprenderlo sólo por observación, una de las habilidades más útiles que te puede dar la inteligencia.

Sin embargo, ese experimento demuestra los problemas humanos de los que hablábamos antes. ¿La muestra? 12 cabras. Nueve aprendieron a usar el mecanismo. A dos las descalificaron por intentar un atajo (abrir la caja a topetazos), que es bastante arbitrario: "esta cabra es estúpida porque no resuelve el problema como yo quiero", algo que me recuerda mucho a mis años en el colegio. La última era imbécil perdida, la pobre: tras 22 intentos tiraron la toalla. Es decir, un 25% de tu ya de por sí reducida muestra no supera el experimento por decisión humana o porque han escogido a la cabra con menos luces de la zona. La falta de resultados fiables es común a todo este artículo.

Estamos todavía en lo anecdótico

Hasta hace poco, pensábamos que los elefantes no sabían usar herramientas para conseguir comida. Y sí pueden, el problema es que el experimento que se usaba para comprobarlo era darles un palo para que lo usasen con la trompa. Y la trompa es lo que utilizan para localizar los alimentos. Como explicaban en The Atlantic, es "como si le dieses cubiertos a un humano que tuviese los ojos en las manos".

Entre lo reducido de los estudios y el problema principal de cómo demonios hacer experimentos que se salgan de nuestra perspectiva antropocéntrica, sólo podemos inferir qué pasa por las cabezas de nuestros compañeros de planeta. Con los primates y los cetáceos es más fácil, también por antropocentrismo: nos caen bien. Y tienen sistemas de comunicación que nos hacen pensar que poseen un lenguaje. Y porque pueden pegarnos palizas en algunas áreas, como la memorización de elementos aleatorios, que podríamos confundir fácilmente con inteligencia:

Un atropocentrismo que se desvanece cuando examinamos animales más lejanos a nuestra perspectiva de mamíferos. Últimamente hemos descubierto que algunos animales, como los cuervos, son tan fascinantes como los pulpos: capaces de manipular objetos hasta convertirlos en herramientas -un comportamiento avanzadísimo-

O de montar planes de varios pasos para conseguir sus fines. Sin que nadie les enseñe cómo hacerlo.

Combinemos eso con sus capacidad para aprender de otros cuervos, diseñar estrategias en conjunto y poseer una excelente memoria y capacidad de reconocimiento -sí, pueden quedarse con tu cara- y... Bueno, lo que decíamos de los pulpos. En este caso, me alegro de que "exdinosaurios listos voladores de aspecto gótico" no formen parte de la dieta.
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Foto:
Pulpo cocinado - José Antonio Gil Martínez

Cómo llegar a los cien años haciendo todo lo que nos dicen que está mal

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Jeanne Calment

Empecemos con una advertencia: no intentéis esto en casa. Aunque Susannah Mushatt Jones llegase en julio a los 116 años con una pasión por el bacon que hasta su tarta de cumpleaños llevaba el ingrediente, lo más probable es que tenga una genética privilegiada. Como Jeanne Calment, que fue fumadora -aunque moderada- hasta los 117 años.

O Winnie Langley, la londinense que se encendió un cigarrillo con las velas de su tarta de los 100 años. Existen personas cuyos genes les permiten saltarse a la torera la mayor parte de los hábitos que asociamos con una vida longeva. Porque, con los supercentenarios, los hábitos no se aplican. Cada uno afirma tener "un secreto" distinto, pero todos "dependen en un 70% de los genes y un 30% del entorno".

Si quieres vivir 100 años...

La frase es del doctor Thomas Perls, uno de los mayores investigadores sobre la vejez extrema (y que tiene una calculadora para ver si puedes llegar a los 100 años). Y que considera que los pilares de la vida sana (no fumar ni beber, no consumir carne roja, hacer ejercicio, evitar el estrés) pueden servir para llegar hasta los 85 o lo los 90 años. A partir de ahí, casi todo depende del equipaje genético de cada uno. Se sabe, por ejemplo, que hay variantes genéticas que protegen a algunas personas de los dos mayores males del tabaco -enfisema y cáncer de pulmón-.

Es una de las razones para entender el caso de Calment, la persona (verificada) más longeva del planeta, que murió cinco años después de dejar de fumar. A los 122 años. Calment también bebía una copita de oporto y no se privaba de chocolate. Sobrevivió a todo el mundo: a su marido, a su única hija, a su nieta y a un abogado que cometió el error de firmar con ella una de esas hipotecas inversas de "yo te pago un dinero al mes porque te queda poco, y cuando mueras me quedo con tu piso". Calment tenía por entonces 90 años. Cuando el abogado Raffrey murió, ella tenía 121 años y él le había abonado más o menos el doble del valor del mercado de la propiedad.

"Qué se le va a hacer", afirmó la francesa, "hay gente que hace malos negocios".

Fumadores obstinados

Winnie Langley Winnie Langley.

Winnie Langley, la fumadora londinense, no vivió tanto pero también redujo el tabaco poco después de soplar la tarta: a los 102 años. ¿El motivo?** El alto coste de la vida**. La crisis la obligó en 2009 a fumar sólo un pitillo al día, porque no podía permitirse más. Murió meses antes de cumplir los 103.

La lista sigue: George Francis vivió 112 años (1896-2008). Comía cerdo, mantequilla, huevos, leche. Aunque había dejado el tabaco pronto. A los 75 años. Pero si lo de Francis era impresionante, lo de su tocayo George Burns, el hombre más famoso de nuestra lista llegaba más lejos.

George Burns

Burns fumó unos 300.000 puros a lo largo de sus 100 años. Medía sus monólogos en lo que tardaban los puros en consumirse, de hecho. Y se quejaba de que, en sus últimos años, apenas podía fumar cuatro diarios por lo difícil que se hacía fumar en público. Era bebedor y animal nocturno. Eso sí, se enorgullecía de que nunca le había dado a la marihuana: "¿qué me van a a dar las drogas que no haya visto en el mundo del espectáculo?". Burns ganó el Oscar a mejor Actor de Reparto en 1975, con 80 años (por La Pareja Chiflada, con Walter Matthau).

Burns llevó los chistes sobre su estilo de vida hasta el final: "cuando era joven me llamaban individualista. A los 50, me llamaban excéntrico. Ahora hago y digo lo mismo y me llaman senil". Más lejos que el Señor Wences,un ventrílocuo reconocidísimo en Estados Unidos. Y parte de su show era proyectar la voz mientras bebía o fumaba. Curiosamente, el Señor Wences es prácticamente un desconocido en España, salvo alguna parodia excelente. Y eso que era salmantino, se llamaba Wenceslao Moreno y se retiró a su tierra natal, donde vivió hasta los 103 años. Eso sí, en sus años americanos dejó huella en su sobrino: un tal José Luis Moreno.

Comer como si no hubiera un mañana

Podríamos seguir con centenarios insólitos: Chris Mortensen, que recibió de uno de los investigadores de la inmortalidad una caja de puros en su 113º cumpleaños. Murió a los 115 años, tras casi un siglo de tabaco. Pero no se tragaba el humo, según él.

O el chino Zhang Shuqing, que cumplió 100 años en 2007 y presumía de que su secreto era fumar a diario y beber después de cada comida. Comida compuesta por dos pechugas de pollo, grasa de cerdo al vapor, arroz, fruta y verduras que devoraba en menos de 20 minutos. O Charlotte Hugues, que llegó a los 115 años y voló en el Concorde con 110 cumplidos. La británica confesaba tres hábitos, uno en común con Emma Morano (la europea más longeva viva en la actualidad: 115 años y tres huevos al día), otro con el bacon de Susanna Jones y el último equivalente al oporto de Jeanne Calment: un buen brandy.

Bacon, bebida y tabaco: los "supercentenarios" que no se han privado de nada

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Jeanne Calment

Empecemos con una advertencia: no intentéis esto en casa. Aunque Susannah Mushatt Jones llegase en julio a los 116 años con una pasión por el bacon que hasta su tarta de cumpleaños llevaba el ingrediente, lo más probable es que tenga una genética privilegiada. Como Jeanne Calment, que fue fumadora -aunque moderada- hasta los 117 años.

O Winnie Langley, la londinense que se encendió un cigarrillo con las velas de su tarta de los 100 años. Existen personas cuyos genes les permiten saltarse a la torera la mayor parte de los hábitos que asociamos con una vida longeva. Porque, con los supercentenarios, los hábitos no se aplican. Cada uno afirma tener "un secreto" distinto, pero todos "dependen en un 70% de los genes y un 30% del entorno".

Si quieres vivir 100 años...

La frase es del doctor Thomas Perls, uno de los mayores investigadores sobre la vejez extrema (y que tiene una calculadora para ver si puedes llegar a los 100 años). Y que considera que los pilares de la vida sana (no fumar ni beber, no consumir carne roja, hacer ejercicio, evitar el estrés) pueden servir para llegar hasta los 85 o lo los 90 años. A partir de ahí, casi todo depende del equipaje genético de cada uno. Se sabe, por ejemplo, que hay variantes genéticas que protegen a algunas personas de los dos mayores males del tabaco -enfisema y cáncer de pulmón-.

Es una de las razones para entender el caso de Calment, la persona (verificada) más longeva del planeta, que murió cinco años después de dejar de fumar. A los 122 años. Calment también bebía una copita de oporto y no se privaba de chocolate. Sobrevivió a todo el mundo: a su marido, a su única hija, a su nieta y a un abogado que cometió el error de firmar con ella una de esas hipotecas inversas de "yo te pago un dinero al mes porque te queda poco, y cuando mueras me quedo con tu piso". Calment tenía por entonces 90 años. Cuando el abogado Raffrey murió, ella tenía 121 años y él le había abonado más o menos el doble del valor del mercado de la propiedad.

"Qué se le va a hacer", afirmó la francesa, "hay gente que hace malos negocios".

Fumadores obstinados

Winnie Langley Winnie Langley.

Winnie Langley, la fumadora londinense, no vivió tanto pero también redujo el tabaco poco después de soplar la tarta: a los 102 años. ¿El motivo?** El alto coste de la vida**. La crisis la obligó en 2009 a fumar sólo un pitillo al día, porque no podía permitirse más. Murió meses antes de cumplir los 103.

La lista sigue: George Francis vivió 112 años (1896-2008). Comía cerdo, mantequilla, huevos, leche. Aunque había dejado el tabaco pronto. A los 75 años. Pero si lo de Francis era impresionante, lo de su tocayo George Burns, el hombre más famoso de nuestra lista llegaba más lejos.

George Burns

Burns fumó unos 300.000 puros a lo largo de sus 100 años. Medía sus monólogos en lo que tardaban los puros en consumirse, de hecho. Y se quejaba de que, en sus últimos años, apenas podía fumar cuatro diarios por lo difícil que se hacía fumar en público. Era bebedor y animal nocturno. Eso sí, se enorgullecía de que nunca le había dado a la marihuana: "¿qué me van a a dar las drogas que no haya visto en el mundo del espectáculo?". Burns ganó el Oscar a mejor Actor de Reparto en 1975, con 80 años (por La Pareja Chiflada, con Walter Matthau).

Burns llevó los chistes sobre su estilo de vida hasta el final: "cuando era joven me llamaban individualista. A los 50, me llamaban excéntrico. Ahora hago y digo lo mismo y me llaman senil". Más lejos que el Señor Wences,un ventrílocuo reconocidísimo en Estados Unidos. Y parte de su show era proyectar la voz mientras bebía o fumaba. Curiosamente, el Señor Wences es prácticamente un desconocido en España, salvo alguna parodia excelente. Y eso que era salmantino, se llamaba Wenceslao Moreno y se retiró a su tierra natal, donde vivió hasta los 103 años. Eso sí, en sus años americanos dejó huella en su sobrino: un tal José Luis Moreno.

Comer como si no hubiera un mañana

Podríamos seguir con centenarios insólitos: Chris Mortensen, que recibió de uno de los investigadores de la inmortalidad una caja de puros en su 113º cumpleaños. Murió a los 115 años, tras casi un siglo de tabaco. Pero no se tragaba el humo, según él.

O el chino Zhang Shuqing, que cumplió 100 años en 2007 y presumía de que su secreto era fumar a diario y beber después de cada comida. Comida compuesta por dos pechugas de pollo, grasa de cerdo al vapor, arroz, fruta y verduras que devoraba en menos de 20 minutos. O Charlotte Hugues, que llegó a los 115 años y voló en el Concorde con 110 cumplidos. La británica confesaba tres hábitos, uno en común con Emma Morano (la europea más longeva viva en la actualidad: 115 años y tres huevos al día), otro con el bacon de Susanna Jones y el último equivalente al oporto de Jeanne Calment: un buen brandy.

No, la hamburguesa negra de Burger King no te hará cagar verde. No en España, al menos

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Black Whopper

La "Whopper de Halloween" ha dado mucho qué hablar, pero no sólo por su apariencia. Se trata de una hamburguesa de pan negro, cuyo origen se remonta a Japón, y que la cadena ha decidido lanzar en varios países con motivo de Halloween (desde ahora y "hasta que se agoten las existencias"). Aunque se ha hecho famosa por otra cosa: en Estados Unidos, al parecer, hace que algunas personas caguen verde.

En Magnet nos va el periodismo de investigación fuerte, así que un par de conocidos y yo compramos un menú cada uno, nos la comimos -es una Whopper nomal con un pan más rico. Y negro-, nos prometimos contarnos la verdad, y esperamos a que la naturaleza hiciese el resto.

Una historia nada terrorífica

El Experimento Verde

Se dice que los que consumen esto luego sufren efectos secundarios inesperados. Vamos a comprobarlo.

Posted by Magnet on Miércoles, 7 de octubre de 2015

La Black Whopper ha causado sensación en las redes sociales estadounidenses, hasta el punto de que tanto el Washington Post como sitios dedicados a la ciencia se han dedicado a buscarle una explicación a un fenómeno tan inofensivo como viral. Porque sí, comer espinacas, tomar suplementos de hierro o tener un tránsito intestinal muy veloz pueden causar que salgas del baño dejando algo verde detrás. Pero no tanto: lo que hemos visto en las redes arriesgando nuestra cordura era de un llamativo verde esmeralda.

Pero, cuando varios medios se pusieron a repicar la noticia en nuestro país y nuestras redes, nos dimos cuenta de que sólo hablaban del caso estadounidense. Y en ningún sitio veíamos testimonios hablando de la Whopper Negra española, sino que daban por hecho aquí pasaría lo mismo. ¡Claro que teníamos que intentarlo! Sobre todo sabiendo que no se trata de algo nocivo en ningún caso. Pero nuestra idea de hacer un Penny Dreadful en el váter ha fracasado. En parte.

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Cada hamburguesa negra es distinta

Porque resulta que cada país ha incluido sus propios componentes. Si la hamburguesa japonesa original llevaba elementos nipones, como tinta de calamar y carbón de bambú, la estrategia para Halloween pasaba por que cada mercado adaptase su hamburguesa a su gusto.

Kuroburger Lo del queso negro de las Kuro Burger japonesas nos flipa.

En el caso de España, desde Burger King nos cuentan que, tras casi un año de pruebas, aparte de un sabor barbacoa muy suave se había optado por un colorante bastante extendido en la repostería de nuestro país. Y en cantidades pequeñas. El resultado es una Whopper curiosa, en la que el pan parece un brownie más oscuro.

Whopper negra Si se puede votar, que la añadan al menú permanente ya.

Una mezcla diferente a la de Estados Unidos, donde el doctor Ian Lustbader asegura que la mezcla de colorantes usada para la Black Whopper de allí no se absorbe del todo en el intestino, lo que da como resultado que uno de los colorantes y el propio organismo desemboquen en esa mezcla de color. Una con la que pueden celebrar dos fiestas, Halloween y San Patricio, pero que aquí no se iba a replicar.

Y, efectivamente, el resultado ha sido el mismo para los que nos hemos sometido a la prueba: un color muy gótico y apropiado para Halloween, pero menos espectacular que el de Estados Unidos. Para ser exactos, este color:

Reaccionescuriosas2 Captura del nivel de color de una foto que NO vamos a poner. Los valores del negro total son 0,0,0.

Al comunicarle nuestro oscuro descubrimiento a Burger King en una de las conversaciones más incómodas y eufemísticas de todos los tiempos, nos han respondido que debemos ser de los pocos, si no los únicos. El producto lleva en la calle desde finales de septiembre y nadie en nuestro país ha aportado pruebas de que le produzca el mismo efecto que a los estadounidenses. O, si han vivido lo mismo que nosotros, no lo hemos encontrado después de la sesión de búsqueda en Internet más escatológica de nuestra vida.

Veredicto El veredicto final.

Eutanasia: ¿dónde se puede elegir morir en Europa?

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Eutanasia en Suiza

El "caso Andrea", la pelea de unos padres para conseguir la muerte digna y sin sufrimiento de una niña de 12 años afectada por una enfermedad neurodegenerativa, ha abierto de nuevo el debate sobre la eutanasia y la ortotanasia (muerte digna) en nuestro país. España carece de una ley de rango estatal que regule el final de la vida, aunque la llamada eutanasia pasiva -el derecho del paciente a renunciar a los tratamientos que prolonguen la vida- sí está recogida en parte.

Por contra, nuestro país sí legisla en contra de la eutanasia activa y el suicidio asistido. La misma semana del desenlace del caso Andrea, nos hemos enterado de que la fiscalía de Asturias pide penas de prisión de más de seis años para dos personas, miembros de una ONG proeutanasia y acusadas de haber ayudado a morir a una mujer en 2012.

¿Qué es la eutanasia?

Eutanasia

En el terreno de la "muerte digna" existen varias denominaciones. Las dos que más identificamos con eutanasia -eutanasia activa y todas las formas de suicidio asistido- son ilegales en nuestro país. La eutanasia activa supone el derecho de un paciente informado a "elegir" su muerte en casos de enfermedades terminales, degenerativas o que supongan un sufrimiento extremo. Normalmente en forma de un cóctel de fármacos que permitiese al paciente morir a su elección, a su manera y sin necesidad de atravesar procesos agónicos. La eutanasia activa requeriría de la participación o la supervisión de un médico.

El suicidio asistido es más o menos lo mismo: se trata de ayudar a la persona a llevar a cabo ese deseo, ya sea facilitándole los medios o, en casos más extremos -personas incapaces de valerse por sí mismas, pero capaces de expresar su deseo-, administrando directamente los medios para morir. En España está penado por el artículo 143 del Código Penal, que dedica su cuarto punto expresamente al caso en el que el paciente sufra una enfermedad terminal o que causase "graves padecimientos permanentes". Aunque como atenuante:

Artículo 143.

  1. El que induzca al suicidio de otro será castigado con la pena de prisión de cuatro a ocho años.

  2. Se impondrá la pena de prisión de dos a cinco años al que coopere con actos necesarios al suicidio de una persona.

  3. Será castigado con la pena de prisión de seis a diez años si la cooperación llegara hasta el punto de ejecutar la muerte.

  4. El que causare o cooperare activamente con actos necesarios y directos a la muerte de otro, por la petición expresa, seria e inequívoca de éste, en el caso de que la víctima sufriera una enfermedad grave que conduciría necesariamente a su muerte, o que produjera graves padecimientos permanentes y difíciles de soportar, será castigado con la pena inferior en uno o dos grados a las señaladas en los números 2 y 3 de este artículo.

El mayor problema de la eutanasia -aparte de las implicaciones religiosas- es su asociación con la eugenesia nazi, como parte de su programa de "higiene racial". El fantasma de las "eutanasias involuntarias" -es decir, asesinatos- practicadas indiscriminadamente por el régimen nazi planea sobre cualquier intento de abordar el debate.

¿Qué es lo que está permitido en España?

La eutanasia pasiva sí es legal en España, aunque está recogida de otra forma: el derecho de cualquier persona a rechazar cualquier tratamiento médico. Y éste es uno de los puntos más conflictivos: en 1986, en su primera forma legal, el derecho a una muerte digna se limitaba a pedir el alta voluntaria y esperar -o buscar- el final por cuenta propia. La Ley de Autonomía del Paciente (de 2002) ampliaba ese derecho del paciente a la "dignidad". Básicamente, si no querías seguir un tratamiento prolongador de la vida, tampoco tenías por qué morir desahuciado entre enormes dolores. Sin embargo, el siguiente paso, la Ley de Cuidados Paliatiavos y Muerte Digna propuesta por el gobierno socialista en la pasada legislatura, nunca llegó a aprobarse.

Esa ley recogía uno de los aspectos más necesarios para la eutanasia pasiva: regular a nivel estatal la sedación paliativa y/o terminal, en la que se pueda elegir no prolongar artificialmente la vida y contar con ciertas condiciones que eviten el sufrimiento final.

Aunque el ministro Alonso considera que con la ley de 2002 es suficiente. Eso, a pesar de que el último estudio del CIS al respecto, de 2009, mostraba que un 73% de españoles se declaraban a favor (un 58% "con total seguridad") de legalizar la eutanasia en todas sus formas.

Eutanasiacis

Desde entonces, son las Comunidades Autónomas las que se han encargado de regular la muerte digna. Andalucía, Aragón, Baleares, Canarias, Galicia y Navarra son las únicas que cuentan con una ley al respecto, aunque todas las comunidades cuentan con un registro de testamentos vitales. Es decir, un escrito que podemos hacer de antemano por si nos quedamos en coma irreversible o cualquier otra situación incapacitante en la que dejemos por escrito nuestro deseo de no ser mantenidos con vida artificialmente a toda costa.

Sin un testamento vital registrado, no importa que hayamos manifestado a nuestros seres queridos nuestra voluntad: primará la decisión de los médicos, obligados por ley a hacer todo lo posible para mantener con vida al paciente.

¿Qué pasó con el caso Andrea?

Cuestiones morales, posiblemente. Alguno de los pediatras se opuso en principio a la "desconexión" de la menor, en contra del criterio de sus padres. Cuando el caso saltó a los medios, y cuando vieron que los padres tenían intención de acudir a los tribunales, optaron por recular y permitir la muerte digna de la niña.

¿Hay algún país donde sea legal la eutanasia?

Sólo en nuestro continente hay tres países donde está permitida en casi todas sus formas: Bélgica, Holanda, y Luxemburgo. No sin polémica en todos los casos: Holanda fue el primer país del mundo en legalizar la eutanasia en 1993. Luxemburgo tuvo que limitar los poderes de su Jefe de Estado para aprobar su ley. Y Bélgica es el único país donde los menores pueden acogerse a la eutanasia.

En Japón es más o menos legal. Y los tribunales de Canadá han rechazado este año la prohibición del sucidio asistido, dando un plazo de un año al gobierno canadiense para que redacte una ley apropiada. El argumento es que el derecho al libre albedrío personal excede el de conservar la vida.

En Colombia se produjo este año el primer caso de eutanasia ("muerte anticipada") autorizada por los tribunales. Y hace tan sólo unos días, el gobernador de California firmó la entrada en vigor de una ley que permite recetar fármacos eutanáticos a pacientes terminales.

El resto de países de nuestro entorno dibujan un mapa parecido al español, donde la eutanasia pasiva es más o menos un hecho común y admisible y el resto de opciones se mueven en un limbo legal. El resultado es un mapa donde los principales países de la Unión aplican legislaciones parecidas, con la eutanasia y el suicidio médicamente asistidos como hechos punibles en la mayor parte de los casos

El caso suizo

Y luego está Suiza. El país helvético es el más abierto: admite el sucidio médicamente asistido incluso a ciudadanos extranjeros, de la mano de ONG que cobran una tarifa por sus servicios. Dignitas es la más relevante de estas organizaciones. Se encarga de facilitar el tránsito y los trámites a gente que, como el escritor británico Terry Pratchett, desea poder escoger su propio final.

Pratchett fue uno de los defensores de la eutanasia desde que a finales de 2007 anunció al mundo que sufría alzheimer. El autor inglés más vendido después de la creadora de Harry Potter dedicó sus últimos años a convertirse en embajador de la muerte digna. Tanto en su caso, una enfermedad degenerativa que acabaría con su identidad antes de matarle, como en el caso de los enfermos terminales.

Con el ejemplo de su padre, que falleció de cáncer y, al final, "tardó quince días en morir como un daño colateral de la guerra entre el cáncer y la morfina. Y en todo ese tiempo dejar de ser él y empezar a convertirse en un cadáver, aunque uno que se movía ligeramente, de cuando en cuando".

Pratchett murió en marzo de este año, a los 66 años. El Reino Unido rechazó hace un mes una ley que proponía regular la eutanasia. Las condiciones inglesas son parecidas a las de España: no están permitidos el suicidio médicamente asistido ni la eutanasia activa. Sin embargo, el Servicio Nacional de Salud británico ofrece a sus ciudadanos un informativo compendio sobre la eutanasia, sus prácticas y los países dónde es legal.

Apuntando directamente a la posibilidad suiza. De momento, el único país donde cualquier ciudadano puede acudir a buscar una muerte digna y elegida.

La última vez que el CIS preguntó a los espñoles, en 2009, el 73% se declararon a favor de legalizar la eutanasia. ¿Se...

Posted by Magnet on Martes, 13 de octubre de 2015

14 películas que se estrellaron (y merecen una segunda oportunidad)

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Johncarter

El estreno de la película Pan, de Joe Wright, ha sido el mayor castañazo en lo que llevamos de año. Y apunta a uno de los más sonados de los últimos años (The Hollywood Report lo cifra en cerca de 130 millones de euros), aunque este año tenía buenos compañeros, con la fallida Los Cuatro Fantásticos a la cabeza. Pero, ¿tan malas son las películas que se estrellan?

Tenemos nuestras dudas de que todos los fiascos se merezcan la suerte que han corrido, así que hemos revisado el cucurucho de castañas del cine de los últimos años en busca de aquellas que merecen un segundo visionado. O un primero, considerando que la mayor parte del mundo ni se molestó en verlas.

John Carter (2012)

El futuro príncipe de Marte lo tenía casi todo para triunfar a lo grande y abrir una saga épica: un personaje del que beben todos los héroes de acción del último siglo; el secundario-peluche más chachi imaginable (¡el woola!);

Woola Que el Woola (a la izquierda) no generase un gritón de dólares en muñequitos es incomprensible.

aventuras a medio camino entre la ciencia-ficción y la fantasía heroica en un Marte lleno de bestias y princesas; y gladiadores y malos malísimos; el director de Wall-E. ¡Iba a ser el próximo Avatar! ¡Como El Hobbit pero sin dormir a la gente! Sólo que no, no lo fue: Disney perdió unos 200 millones de dólares con esta superproducción que no recuerda nadie. Ni siquiera para mal.

¿Qué salió mal? El presupuesto era loquísimo: sólo en promoción se le calculan 350 millones de dólares y unos 100 millones menos para rodarla. Tendría que haber sido una de las pelis más taquilleras de todos los tiempos sólo para no perder dinero. Algo difícil cuando

a) nadie conoce a tu personaje protagonista
b) nadie conoce a tu actor protagonista
c) nadie sabe de qué va tu película
d) te estrenas en marzo (¡porque es el mes de Marte! ¡Claro!)

¿Por qué verla? Pese a un prólogo un tanto confuso de casi media hora de vaqueros y escritores pesados, John Carter es cine de aventuras en estado puro. Y el talento de Stanton para capturar las enrevesadas tramas marcianas del pulp original de Rice Burroughs es notable. John Carter es un tótem en el que se reflejan desde John McLane hasta Indiana Jones y, sí, Avatar. El propio Cameron reconocía que su máquina de hacer millones de dólares en 3D estaba inspirada directamente "en John Carter de Marte". No vamos a decir que es la mejor peli de todos los tiempos, pero si sobrevives a su primera media hora no te arrepentirás. Y, al menos puedes darte el gusto de ver la peli que más daño ha hecho a Disney hasta...

El Llanero Solitario (2013)

Johnny Depp haciendo el indio más Gore Verbinski = gif animado de billetes. Estamos hablando de 2013, una época en la que Johnny Depp podría haberse vestido de ET en la escena en la que el extraterrestre se disfraza de gitana y haber petado la taquilla. Demonios, si El Llanero Solitario se hubiese llamado Piratas del Cáribe: Hacemos un Western, habría funcionado. Pero, un año después de John Carter, la apuesta por resucitar a otro héroe del primer tercio del siglo XX le supuso a Disney perder entre 160 a 190 millones de dólares.

¿Qué salió mal? Problemas de producción, que hicieron que la peli se fuese unos años de fecha, los implicados tuviesen que rebajarse el sueldo y constantes cambios de calendario y dinero que no hicieron bien a nadie. Mucho menos a la película, que no debutó tan mal (sí por debajo de lo esperado), pero a la que los medios tildaron como fracaso desde el primer día. Eso, y que no ha habido western con intenciones de superproducción que haya funcionado a este lado de los videojuegos y Red Dead Redemption. Ah, y que Armie Hammer, que es el protagonista nominal, sólo le sonaba a la gente como los gemelos bordes de La Red Social.

¿Por qué verla? Pues porque mola bastante más de lo que parece: tiene ritmo, un sentido del humor intermitente y, si consigues olvidarte de la subtrama de un Depp que parece un cruce entre Spock y el Shaggy de Scooby Doo, se revela como una peli resultona. Con especial atención a un clímax con trenes de verdad de por medio que es el heredero directo de la secuencia de la autopista de Matrix Relodaded.

No pongas esa cara, esa secuencia era brutal.

Speed Racer (2008)

Para muchos, el declive de los Wachowski empezó con esta adaptación al cine de imagen real de Meteoro, el primer anime emitido en España (en 1971). Empezamos bien. Pero Speed Racer estaba llena de ideas visuales de alto nivel, que iban más allá de Matrix: a una traducción literal de los recursos del anime añadía parte del lenguaje del videojuego de forma muy inteligente -los "corredores fantasma"-. Como película infantil, es revolucionaria. Y tiene un mono.

¿Qué salió mal? Por un lado quería ser una película infantil, pero nadie se molestó en decírselo a los padres, que son los que pagan las entradas de los niños. En su lugar, el marketing la vendió como la nueva joya de acción de los creadores de la hiperviolenta y oscura Matrix. Y no era eso. Los que todavía no se habían cortado las venas con el final de Matrix Revolutions -el primer "capítulo final de Lost" de una generación- huyeron espantados de tanta hiperkinestesia pop de colores ultrasaturados. Que también debió dejar zumbados a los niños con su "sobrecarga sensorial". Warner perdió unos 115 millones de dólares con el asunto.

Speed Racer Uno de los sencillos decorados de Speed Racer.

¿Por qué verla? Es mitad rave salvaje, mitad alucinación lisérgica. Si consigues aceptar que la trama es para niños y que los personajes tienen el grosor de un folio, es como un parque de atracciones velocista gigante. Las carreras son como una lata de Red Bull ultraconcentrado que los Wachowski te arrojan a la cara. Sin abrir, pero eh. Está a medio camino entre Crank y Rompe Ralph. Y tiene un mono.

El Planeta del Tesoro (2002)

Ron Clements y John Musker son los últimos héroes de la animación tradicional de Disney. Fueron responsables de revivir el género con La Sirenita, y demostraron un talento impecablar para la aventura, el humor y la acción con Aladdin y Hércules. El Planeta del Tesoro, una adaptación espacial de la historia de piratas de La Isla del Tesoro, fue el experimento con el que abrieron el siglo XXI.

En el que se daban la mano la animación de toda la vida y los gráficos por ordenador. John Silver el Largo como viejo cíborg. Surfear en el espacio. Piratas. Sólo una canción durante la peli (cantada en España por, glups, Álex Ubago). Y aún así perdió unos 70 millones de dólares, un trompazo descomunal que marcó el declive de la división animada tradicional y el auge de Pixar.

¿Qué salió mal? Llegó demasiado tarde, en todos los aspectos. El Planeta del Tesoro llevaba casi dos décadas dando vueltas por el estudio y Disney siempre tenía ocupados a Clements y Musker en otras películas. Para empeorar las cosas, se topo de bruces con otra franquicia literaria, la imbatible Harry Potter. La Cámara de los Secretos se había estrenado unas semanas antes y no dejó opciones a una peli basada en una novela que los niños no habían leído y los padres no identificaban con el filme espacial.

¿Por qué verla? No es la mejor versión de La Isla del Tesoro. Los aspectos más retorcidos y oscuros de la novela se disneyficaron lo bastante para quitarle garra. Pero, a pesar de las concesiones, la aventura está más o menos intacta. Y el apartado visual es espectacular, basado en una norma inventada para la ocasión: el 70% del diseño sería tradicional y el otro 30% de ciencia-ficción.

Blade Runnner (1982)

Bladerunner

"Película de culto", antes de Internet, significaba que la habían visto cuatro gatos o que la habían redescubierto a través de la tele y el videoclub. Y Blade Runner es más o menos eso: una primera versión que duró muy poco en los cines (cinco semanas) y cuyo montaje no tenía nada que ver con la visión de Ridley Scott. El resultado fue una película que recaudó en Estados Unidos ocho millones menos de lo que costó. Y la prueba definitiva de que los pinchazos en taquilla no siempre están reñidos con la calidad del filme.

¿Qué salió mal? Un final feliz metido con calzador, un montaje en el que Harrison Ford narra lo que le dicen, una crítica que no se enteró muy bien de qué le estaban contando y, sobre todo, estrenarse en mitad de un póker de titanes de ciencia-ficción: E.T., La Cosa de John Carpenter (que también sufrió por la presencia del extraterrestre de Spielberg en cartelera) y Star Trek II. Blade Runner debutó en un meritorio segundo puesto de taquilla, pero se hundió a la semana siguiente. Afortunadamente, el paso al mercado doméstico hizo que la película creciese a través de sus nuevos montajes (ya lleva siete) y que se haya reestrenado un par de veces en cine con mejor suerte.

¿Por qué verla? Es Blade Runner, un peliculón que demostró -incluso en su peor versión, la de aquel primer estreno- que la ciencia-ficción es una ambientación digna. Tan buena como cualquier otra para hablar de la condición humana, contar una historia de detectives perdedores y generar frases más inmortales que los Nexus 6 que las pronuncian. La visión de Scott sigue siendo la idea insuperada de El Futuro Chungo, y fue el punto de partida del cyberpunk.

Ali (2001)

Will Smith aprovechó su condición como megaestrella para hacerse con este biopic de Cassius Clay/Muhammad Ali/The Greatest. Bajo las órdenes de un director tan indispensable como habitualmente ninguneado, Michael Mann. Un combo épico, que narra la vida de Ali hasta la pelea más famosa de la historia del boxeo, contra George Foreman en Kinshasha.

¿Qué salió mal? Ni idea. Columbia mimó bien la película, Will Smith había tropezado el año anterior con La Leyenda de Bagger Vance, pero todavía le quedaban años para tirar su carrera por la borda, la propia peli está bastante bien... Quizás el único problema fuese que se estrenó el mismo mes que Ocean's Eleven y, sobre todo, que la primera parte de El Señor de los Anillos, que eclipsó todo lo demás en las navidades de 2001.Sea como sea, las pérdidas de Ali se cifraron en unos 63 millones de dólares.

¿Por qué verla? Quizás fuese el guión, en el que Ali pasa de ser un tarado divertido, entrañable y carismático a un héroe intocable regido por la Ley del Biopic: si el personaje es más grande que la vida, la persona que hay detrás por fuerza ha de serlo. Y no, no es así. Michael Mann hace un trabajo estupendo, Will Smith se llevó dos merecidas nominaciones a los Oscar y los Globos de Oro... Pero. Le falta algo. Sobre todo si se compara con los magníficos documentales y toda la literatura que hay sobre el Ali-Foreman.

K-19, The Widowmaker (2002)

El mayor castañazo que se haya pegado una peli indie. ¿Cómo, una peli indie con 100 millones de presupuesto, Harrison Ford, intenciones de taquillazo y dirigida por la todavía semidesconocida Kathryn Bigelow? Sí, porque la producción corrió a cuenta de National Geographic y en Hollywood sólo se encargaron de la distribución. ¿Que por qué National Geographic querría producir una peli de submarinos nucleares soviéticos? Pues ni idea, pero se entiende mejor que perdiesen unos 70 millones de dólares.

¿Qué salió mal? Imagínate el remake de La Caza del Octubre Rojo sin Sean Connery, más claustrofóbica, basada levemente en hechos reales bastante trágicos, y llena de falsos finales. ¿Te imaginas a las familias acudiendo al cine de verano en masa?

¿Por qué verla? A pesar de un guión más tramposo que la casa de un ninja, K-19 es una estupenda peli de submarinos, en la que dos oficiales -Harrison Ford y Liam Neeson- se llevan a matar en mitad de una olla a presión cargada de testosterona... Y de radioactividad, cuando las cosas salen mal. Es casi una obra de teatro de machos alfa a lo Tennessee Williams, pero con submarinos nucleares soviéticos en vez de altivas damas sureñas.

Tomorrowland (2015)

Tomorrowland

Hay directores que, cuando se fostian, nos duele un poco. Es el caso de Brad Bird (Los Simpsons, El Gigante de Hierro, Los Increíbles, Ratatouille, Misión Imposible 4...) que, con Tomorrowland, quiso edificar una película construida íntegramente de esperanza por el mañana y sentido de la maravilla...

¿Qué salió mal? ...Y que deja exactamente la sensación contraria al salir del cine: el mundo se va a la porra. Mal asunto para una superproducción para familias. No ayudó mucho que un presupuesto de 330 millones entre producción y marketing estuviese al servicio de una atracción de parque temático (ey, Piratas del Cáribe hizo lo mismo. Aunque plagiando a Monkey Island, también), sin apenas historia. Bueno, es que toda la peli es un parque de atracciones gigante. Va un poco de eso. También es cierto que Brad Bird va demasiado con el piloto automático puesto, alejado de lo que hizo grandes a sus otras películas en casi todos los sentidos.

¿Por qué verla? Porque es entretenida y, a ratos, cumple con esa intención inicial. Pese a ser un producto antes que una obra de arte cumple con creces durante buena parte de su metraje y, ocasionalmente, manda un mensaje muy bonito: qué la ficción y la imaginación nos son necesarias. Los 130 millones de dólares que ha perdido, ya tal.

Grindhouse (2007)

Death Proof

Ok, esto estaba condenado al fracaso de antemano, y sus directores más o menos lo sospechaban. Robert Rodríguez se quedó a vivir directamente en todo lo relacionado con su película y sus tráileres falsos -gracias a lo cual tenemos obras maestras del dislate como Machete- y Tarantino reconoció hace poco que estaba orgulloso de haberse dado la única castaña comercial de su carrera (lo que quiere decir que ve con mejores ojos la taquilla de Jackie Brown de lo que realmente fue). Normal, porque Death Proof está día sí/día no en nuestro top 3 de pelis de Tarantino.

¿Qué salió mal? El público yanqui, que fue el único que tuvo más o menos la oportunidad de ver Grindhouse como un todo, no reaccionó muy bien a la idea de meterse tres horas en un cine a ver una de ametrallar a zombis con una pierna ortopédica y otra de cocheas asesinos contra tías duras. No cubrió ni la mitad del presupuesto (25 millones de un total de 67 millones, promoción aparte) y la estrategia de los Weinstein de sacar ambas pelis por separado en la taquilla internacional al menos les permitió salvar un poco la cara.

¿Por qué verla? Grindhouse, con sus cortes, sus "fallos", sus anuncios de pelis falsas, prometía devolver a los espectadores la magia cutre de las sesiones dobles de serie B de los 70. Planet Terror es un disparate palomitero maravilloso. Y Death Proof una obra maestra sin concesiones, que engañó al espectador despistado tanto como lo hizo hace poco Mad Max: Fury Road.

Otras películas

Miedoyasco

Tenemos que dejar fuera un buen puñado de películas que, aunque fracasaron, no lo hicieron con estrépito. Como Miedo y Asco en Las Vegas, cuya distribución tuvo en gran parte la culpa de que no recuperase el presupuesto. Aparte, Terry Gilliam y Hunter S. Thompson no son un plato para todos los públicos, pero aún así es nuestra peli favorita de Johnny Depp con la medicación equivocada.

O de pelis que no nos atrevemos a recomendar: El Destino de Jupiter (casi 90 millones en pérdidas) también es una de las grandes castañas de 2015, y demuestra que los Wachowski hace tiempo que viven en otro plano. Uno en el que el público no se entera de nada de lo que quieren contar, pero que visualmente es abrumadora. Es como un juguete a pilas: mola mucho cuando eres un niño porque hace ruido y tiene luces, pero no sirve para nada más.

Cowboysaliens

Cowboys & Aliens (unos 75 millones de dólares por el retrete) es una de esas cosas demenciales que nos encantan: John Favreau y sus actores Harrison Ford y Daniel Craig consiguen lo imposible: que una peli que apunta a Chorrada Máxima desde el título se tome a sí misma en serio. Entendemos por qué nadie en su sano juicio querría pagar por verla pero, si se acepta la premisa, el resultado es cualquier cosa menos decepcionante.

Y luego están las insalvables en parte. No podemos recomendar a nadie Alejandro Magno (70 millones), que es una peli producida como si todo el mundo llevase cuatro días de after en 2004 (menos Colin Farrell, que debió seguir de fiesta hasta el día de estreno). O la película que se comió a la productora Carolco: La Isla de las Cabezas Cortadas (más de 100 millones de agujero. De los de 1995). Que es una peli de piratas más divertida de lo que parece -no es decir mucho-, pero que se llevó un trompazo como un puño de dios en la cara.

La igualdad que pide Jennifer Lawrence ya existía en Hollywood hace un siglo

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Jlawanitaloos

Jennifer Lawrence ha abierto otra vez el melón del papel de la mujer en Hollywood, con el apoyo de Emma Watson, Sienna Miller, otras cuantas actrices y hasta de Bradley Cooper. Lawrence se ha quejado en una carta publicada en Lenny Letter (una iniciativa de Lena Dunham) por haber cobrado bastante menos en "La Gran Estafa Americana" que sus compañeros Christian Bale, el propio Cooper o ¡Jeremy Renner!

La queja de Lawrence es indiscutible: tiene un Oscar, dos nominaciones más, dos Globos de Oro y, sólo con Los Juegos del Hambre, ha generado una taquilla de más de 2.000 millones de euros en tres años. Pero la discusión que ha provocado Lawrence sobre si Hollywood siempre ha sido así nos ha hecho descubrir que, hace un siglo, las cosas estaban bastante mejor para las mujeres. Por ejemplo, durante el nacimiento de Hollywood, ellas fueron las guionistas de la mitad de todo el cine registrado. Aparte de directoras bien pagadas, productoras y hasta dueñas de prolíficos estudios.

“Estamos condicionadas socialmente para comportarnos así? Sólo hemos podido votar durante... ¿qué, 90 años? Lo pregunto en serio (...) ¿Es posible que exista un hábito persistente de intentar expresar nuestras opiniones de una manera que no 'ofenda' o 'asuste' a los hombres?”

En su carta, Lawrence no se declaraba cabreada con Sony, sino con ella misma. Pero, ya que pregunta, nos hemos asomado a Internet a descubrir más sobre los orígenes de la brecha salarial en Hollywood, animados por este tuit:

"Y cerca del 50% de todas las películas rodadas entre 1911 y 1925 fueron escritas por mujeres. Lo repetiré hasta que todo el mundo lo sepa".

¿La mitad de películas? ¿Es una cifra correcta?

Sí, es algo que confirmó Cari Beauchamp en "Without Lying Down: Frances Marion and the Powerful Women of Early Hollywood" [Sin acostarse: Frances Marion y las mujeres poderosas del primer Hollywood"], en el que se repasa el peso que tuvieron las mujeres durante el nacimiento de Hollywood. También hay que entender las raíces del cine para ver cómo se llegó a esta situación: Hollywood nació a principios de la década de 1910 como respuesta a las presiones de Edison -un "trol de patentes" en toda regla que trataba de sacar dinero de todos los aspectos de una película, desde el rodaje hasta la emisión-. Sí, ese Thomas Edison.

Rodar en California suponía escapar del alcance de las patentes y los abogados de Edison, residente en la costa este de Estados Unidos. Se trataba de una industria frenética y caótica, en la que todo el mundo hacía de todo sin plantearse mucho el papel del hombre y la mujer. Como Gene Gauntier, que fue directora, actriz, guionista, productora, dueña de su propia compañía y a quien Universal apartó del negocio a finales de la década de 1910.

“Era todo tan informal en aquellos tiempos. No había sindicatos. Cualquiera en el set hacía cualquier cosa que se le pidiera. He hecho de extra, me he encargado de los focos, y el que no estuviese haciendo nada más se encargaba de añadir al guión las notas del director... También pasé mucho tiempo en la mesa de montaje” -Beulah Marie Dix, autora de 55 guiones entre 1917 y 1942

Pioneras a destajo

Lois Weber se considera, junto al director D.W. Griffith, una cineasta pionera en tratar el cine como obra de autor: directores con estilo propio, intereses narrativos y que aportaron innovaciones a la gramática audiovisual. En 1916 se convirtió en la directora mejor pagada de Universal, y eso que casi todos sus temas eran polémicos: aborto, pena de muerte... Un cine social y atrevido que la convirtió en una de las mujeres más poderosas de Hollywood durante unos años. Hasta que la taquilla le falló en los años 20, y el paso al cine sonoro, el "férreo control" que imponían los estudios y la censura terminaron con su carrera.

La primera mujer en dirigir un largometraje murió en 1939, sin un céntimo, y con apenas un par de párrafos en Variety sobre su fallecimiento. Había dirigido más de 100 películas.

Mary Pickford Y Frances Marion
Mary Pickford, "la novia de América", que aprovechó su estatus de estrella para montar su propia productora; y Frances Marion, una de las guionistas más respetadas. El estatus de Pickford no sobrevivió al salto al cine sonoro.

Frances Marion pagó el funeral de Weber y la acompañó en su lecho de muerte. Marion consiguió sobrevivir a las transformaciones del cine y está considerada una de las guionistas más importantes del siglo XX. Y eso que no empezó en el cine, sino como corresponsal en la Primera Guerra Mundial. Fue Lois Weber quien le dio su primer trabajo en su empresa y le enseñó a hacer guiones. Sin embargo, Marion Benson Owens (su verdadero nombre), abandonó a Weber tras un único guión y se dedicó a escribir durante su vida más de 300 guiones e intervenir en al menos 130 producciones. Ganó dos Oscar, uno por cada categoría de guión, durante los años 30.

June Mathis, la ejecutiva mejor pagada de la MGM y una de sus mejores guionistas, tal vez podría haber hecho algo para mantener el estatus de las mujeres en el nuevo Hollywood de estilo empresarial y el cine sonoro, pero murió en 1927. Un año después que Rodolfo Valentino, al que había lanzado al superestrellato al fichar al semidesconocido actor para "Los Cuatro Jinetes del Apocalipsis", de 1921. Curiosamente, fue ella quien cedió un espacio de la cripta familiar cuando Valentino murió en 1926. La productora y el actor están enterrados juntos.

Anita Loos Anita Loos, con una copia de su obra "Los caballeros las prefieren rubias". (1927)

Anita Loos escribió 105 guiones entre 1912 y 1915. Sólo cuatro quedaron sin rodar. Y eso sólo fue el principio de una exitosa carrera, hasta que en los años 20 se mudó a Nueva York. Allí escribió una serie de piezas para Haarper's Bazaar que se convertirían en Los Caballeros las Prefieren Rubias, que nos suena por su segunda adaptación al cine. La primera, de 1928, se perdió. Loos alternaría teatro (con Gigi lanzaría la carrera de Audrey Hepburn), musicales, artículos, manuales y medio centenar de guiones y adaptaciones más hasta bien entrados los años 50.

Mary Pickford, Jeanie McPherson, Dotothy Arzner, Alice Guy-Blaché (pionera absoluta al dirigir un filme en 1896 en Francia)... Son sólo algunos nombres de una lista enorme, y eso sólo teniendo en cuenta a las primeras espadas: directoras, guionistas, productoras, ejecutivas, dueñas de estudios de funcionamiento familiar capaces de sacar adelante varias películas por año. El Hollywood del cine mudo y el primer cine sonoro tenía, en gran parte, nombre de mujer.

En 1923, el magazine Business Woman citaba hasta 29 profesiones abiertas a las mujeres en Hollywood, desde técnicos de laboratorio hasta productoras, pasando por las habituales de telefonista, secretaria, mecanógrafa...

¿Qué fue lo que cambio?

RKO

Desde el principio de ese Hollywood caótico, un grupo de estudios trataron de convertirse poco a poco en grandes empresas. Desde 1920 en adelante estaba claro el rumbo que tomaría la industria: los presupuestos se desbordaron, las estrellas cada vez demandaban más dinero, las finanzas se "profesionalizaron" y el paso al cine sonoro machacó la influencia de todos los que no pudieron adaptarse al cambio. Donde antes cada cineasta de éxito tenía su propia compañía, se pasó a un sistema donde sólo quedaban cinco estudios grandes (las majors míticas: Fox, MGM, Paramount, RKO y Warner Bros) y tres "pequeños" (Columbia, Universal y United Artist, que se resistía a aplicar el mismo modelo). Dirigidos por hombres de negocios que veían el cine como cualquier otra fuente de dinero.

La investigadora Karen Ward Mahar sostiene en "Women Filmmakers in Early Hollywood" (2008), que aquel cambio trajo consigo la "masculinización de la industria del cine" y el progresivo destierro de las mujeres de la dirección y la producción, limitadas como mucho al éxito como guionistas en todo lo tocante a estar detrás de las cámaras.

"La industria se apartó de la meta de la legitimidad cultural hacia un modelo que primaba el éxito como negocio. Este cambio acabó por marginalizar definitivamente a las mujeres cineastas"

La estructura "jerárquica" de las majors, que crearon departamentos para cada aspecto de las producciones, se caracterizó por una segregación laboral en cuanto al sexo: "salvo excepciones, las tareas de dirección, producción y edición se reservaron exclusivamente a los hombres". Ese dominio de hierro, donde todo el cine estaba controlado por unas pocas empresas, tardaría décadas en romperse. Hasta 1969, el Hollywood "grande" no abriría las puertas a una película realmente independiente: Easy Rider.

Es cierto que actualmente la industria cada vez tiene más figuras poderosas femeninas, como la productora Kathleen Kennedy o Amy Pascal, defenestrada precisamente por el hackeo de Sony. Pero aún son muy pocas y la brecha salarial es un hecho, detrás o delante de las cámaras. Y el papel que reclaman las mujeres en Hollywood ya existió: hace 100 años.

El martillo de Thor, las garras de Lobezno y otros accesorios de superhéroe en la vida real

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Thorverine

El canal de Youtube Sufficiently Advanced nos ha traído de cabeza esta semana con una creación digna de Thor: un martillo que sólo su dueño puede levantar (siempre que esté sobre una superficie metálica). Pero no es el único artista del DIY que se ha dedicado a replicar el equipo de los superhéroes del cine y los cómics.

Las garras retráctiles de Lobezno, el lanzarredes de Spider-Man, los guanteletes de Iron Man... En Internet hemos encontrado parafernalia como para montar tu propio equipo de superhéroes. O convertirte en un Batman más o menos apañado.

El Mjölnir

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Una de las pocas escenas memorables de La Era de Ultrón ponía a Los Vengadores haciendo cola para levantar el martillo de Thor. El Mjölnir está encantado por Odín para que sólo aquellos dignos del poder de Thor puedan alzarlo. Para el resto es un pisapapeles nórdico que ni Hulk puede mover sólo con fuerza bruta. También sirve para cascar nueces, montañas, robots, volar a lo vikingo (tiras el martillo y tú vas detrás) y siempre vuelve a la mano de su dueño.

En Sufficiently Advanced decidieron que, con la tecnología moderna, sólo podían replicar la primera parte: con un electroimán y un sensor de huellas dactilares fabricaron un Mjölnir que sólo su dueño puede alzar... Siempre que esté sobre una superficie metálica a la que adherirse. Pero cómo truco para poner a prueba a la gente está tremendo. Lleva más de 8 millones de visitas.

Bonus: También con imanes, este Vine enseña cómo conseguir que un Mjölnir pequeñito vuelva a la mano de su Thor.

Las garras de Lobezno

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Logan es un cíborg, además de un mutante. El más famoso de los miembros de la Patrulla X tuvo durante muchos años el poder de curarse muy fuerte y olfatear como un perrete. Sus garras, hasta una de esas excusas de guión tan de los 90, eran producto del proyecto militar Arma X. Allí le forraron el esqueleto de metal del bueno hasta dejárselo como el de un Terminator y, de paso, darle dos pares de garras de 30 cm. escondidas en sus antebrazos. Cuando las saca, el mundo es su sandía.

Colin Furze es un inventor británico de 36 años, que decidió que al menos lo de las garras metálicas era posible, aunque no fuesen de adamántium. Gracias a una mochila neumática unida a los dispositivos de sus brazos. Evidentemente, no van dentro de su piel, pero el "efecto Snikt" está muy conseguido. Y, si te ataca la muñeca hinchable de Mística, estás preparado.

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Bonus: Nuestro artesano favorito, Tony Swatton, recreó con mucho más detalle otro arma retráctil igual de icónica: las cuchillas de Assassin's Creed, que pronto veremos en el cine en la muñeca de Michael Fassbender. También tiene en su haber martillos de Thor, escudos del Capitán América y todo lo que te puedas imaginar.

¿Hace todo lo que una araña?

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Los lanzarredes de Spider-Man son nuestro invento chiflado favorito de los tebeos: un adhesivo que sirve para columpiarse, atar a los malos y hacer los cuernos del metal con pegajoso resultads. Los lanzarredes ya existen en forma de juguete aparatoso, pero este invento de Laser Gadgets nos ha llamado mucho la atención: dispara un arpón con mira láser -a modo de sustituto del sentido arácnido que permite a Peter Parker acertar siempre-, que permite "atrapar" cosas. Y que cuenta con otro mecanismo para tirar de ellas.

Bonus: El mismo tipo está obsesionado con los láser. En su canal hay relojes a lo James Bond, guanteletes de Iron Man que proyectan rayos (capaces de quemar cosas)

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¡y lanzan misiles!

y un visor de Cíclope, el X-Men pardillo, que permite usar visión calorífica como la de Superman (dato friki: los rayos de Cíclope no producen calor). No sabemos hasta qué punto es aconsejable llevar dos láser tan cerca de los ojos, pero nadie dijo que ser un superhéroe fuese fácil.

Hacerse un Batman

Vamos por partes, lo primero que necesitamos (aparte de padres muertos, mayordomo de combate y dinero como de heredero del imperio Inditex) es un traje que, aparte de capucha, capa y símbolo de murciélago, sirva para que no te maten a la primera de cambio. Éste de Armatus Designs es el que más nos convence: protege en el cuerpo a cuerpo y no limita la movilidad de el futuro Señor de la Noche, que sólo tiene en el diccionario de sinónimos dos palabras: "puños" y "justicia".

Lo segundo es el gancho. Estos estudiantes de la universidad mormona BYU han creado la primera etapa del batgancho. Es un poco... Lenta. Y aparatosa. Pero es un primer paso y puede lanzar un gancho a 25 metros. En principio la idea es vendérselo al ejército estadounidense, pero Bruce Wayne lo necesita más.

Y el coche, bueno, tienes todo tipo de opciones, desde el Tumbler de las películas de Nolan, que funciona en la vida real (nota mental para ser Batman: hablar con Jay Leno)

hasta dedicar dos años de tu vida a recrear el Batmóvil de la película de Tim Burton, como hizo Zac Mihajlovic, el Batman de Australia. Su coche, además, tiene permiso legal para circular por las carreteras australianas, así que le damos doble de puntos de héroe improbable por madmaxismo.

No tires tus cromos viejos: Aslund del Español 74/75 vale hoy más de 700 euros

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Aslund

Sanny Aslund fue un delantero sueco del Español en la temporada 74-75. Jugó 11 partidos, apenas la mitad completos, y marcó dos goles, uno al Elche y otro al Valencia. Vagó por media Europa hasta que volvió a su Suecia natal, donde le fue algo mejor. Para un chaval de 10 años de la época, su cromo valdría menos que el de Quini, o el de Carlos, pichichi de aquel año. Pero, en 2009, su cromo de esa temporada se vendió por 335 euros.

Y hoy se encuentra a la venta por más del doble: 720 euros. Aslund es un ejemplo de lo que puede pasar con los cromos viejos más inesperados, convertidos en objetos de coleccionista. Futbolistas que pasaron desapercibidos o aún no habían explotado, sustitutos de última hora, cedidos o nómadas. Todos podrían ser dentro de unos años el cromo que te pagase unas vacaciones.

¿Qué hace que un cromo valga más de 1.000 euros?

Tenderesi ¿Quién es este señor y por qué piden 4.000 euros por él?

El coleccionismo de cromos deportivos es un mundo aparte: sólo en Todocolección encontramos más de 825.000 subastas relacionadas con el tema (son la segunda categoría en número de lotes, después de los libros y antes que la música), según nos cuenta Wenceslao Fernández, uno de sus responsables. Un mundo que va más allá del sile/nole y desarrolla todo un vocabulario, heredado de los fines de semana cambiando repes: falta, coloca... Un mundo en el que se cruzan los coleccionistas profesionales, obsesionados con los cromos raros o difíciles de encontrar con aquellos que sólo buscan completar el álbum de su infancia o recuperar a sus ídolos.

"Los cromos imposibles o muy difíciles de conseguir tienen más valor. No es el futbolista, sino la rareza. Cuando se fichaba a un jugador de última hora, cuando salía un cromo mal editado hecho con recortes... Esos son los que mayor precio alcanzan", explica Fernández. Como Kustudic (vendido por 700 euros), un delantero del Hércules que en el álbum 81-82 aparecía en un cromo vistiendo los colores del Castellón... En el que nunca jugó.

Pero todavía hay cromos muy por encima. Como el de Tenderesi, del álbum 1975-76. Se trata de un fantasma, un portero argentino del Racing de Santander sin minutos ni partidos ni rastro en Internet. Fantasma el jugador y fantasma el cromo. ¿Su precio? Hace seis años se vendió en eBay por 1.170 euros. Hoy, un vendedor considera que vale 3.999 euros.

Valdesoviedo Esto no es un cromo de la liga 77-78.

Los cromos fantasma son cromos que no formaban parte de la colección y no deberían haber salido a la venta. De los que a lo mejor se colaron por error unos pocos en el mercado. Y eso, si llegaron a salir. Como ejemplo, están los jugadores del Real Oviedo en la temporada 77-78. Cromos casi imposibles de conseguir por una sencilla razón: ¡el Oviedo estaba en Segunda, es un equipo que no debería haber tenido cromos! De esa plancha errónea han ido apareciendo algunos cromos, como Valdés, en la imagen de antes. O Ducjovic. Que rondan los 1.400-1.500 euros.

No se trata de triunfar, sino de ser el más raro

Camachotrasera

Y un escalón por debajo están los cromos difíciles de conseguir de nombres más sonoros: un jovencísimo Camacho, proveniente del filial del Madrid en el año 74-75, es uno de los "coloca" más cotizados. Cromos que se llaman así porque la propia editorial ya avisaba que había que colocarlo en un espacio del álbum reservado para otro jugador, al que sustituía. Y que se mueve entre los 600 y los 1.250 euros, dependiendo del estado y el vendedor.

Clemente99 Podría ser un cromo de fútbol o de Dragon Ball Z.

Pero da igual que sea Camacho, se trata de si tu cromo es raro, seas jugador, astro o... Entrenador. Por un Clemente en el álbum 99-00 se están pagando hasta 900 euros. El valor viene también de que se trate de un cromo sin pegar, en buenas condiciones. ¿Entonces, qué hacemos? ¿Le decimos a nuestros hijos y sobrinos que nada de pegar los cromos, que a guardarlos con mucho cuidado? ¿Cuándo deja de ser coleccionismo para convertirse en negocio?

Coleccionismo instantáneo

Ligacompleta ¿Se acabó lo de bajar al parque a cambiar repes?

Fernández nos cuenta que incluso de esta temporada ya existen a la venta colecciones completas, sin pegar, listas para guardar. "Desde luego", se ríe, "le da la razón a los padres y abuelos con lo de 'nosotros sí que lo teníamos difícil'. Pero una cosa es el mercado y otra el coleccionismo. Yo, por motivos sentimentales, claro que haría la colección: comprar los sobres, ir completando, etcétera. Otra cosa es guardar los repetidos en una especie de 'colección paralela'".

Timoumi Dependiendo de la conservación del cromo, puede variar hasta en 500 euros su precio.

La diferencia entre un cromo usado y uno sin despegar se nota: Timoumi, del Murcia 86-87, tiene fama de cromo difícil de conseguir: no baja de los 100 euros y puede venderse por cerca de 200... A no ser que lo tengas sin pegar, en cuyo caso puedes pedir 600. Así que sí, guarda los repetidos. Pero tampoco te obsesiones: no existe forma de saber hoy si los cromos de mañana alcanzarán valores astronómicos... Y menos si algún niño encontrará en un sobre un cromo extraño, que no debería estar ahí, y que no tenga nada que ver con los astros de la Liga.

Aunque otra forma de darle valor a una colección es hacerte con los autógrafos de tus ídolos junto a los cromos y guardarlos como tesoro familiar. como esta colección del Barça del lejano 1942, que se vende por 600 euros:

Barcelona42

Y luego están los que pagan hasta 200 euros por sobres sin abrir. O los que venden "más de mil álbumes y 160.000 cromos sueltos"... Por 18.000 euros.

¿Queda hueco para el nostálgico?

Giovanella El cromo no sale más caro por equipo desaparecido ni caja de ahorros ídem.

"Sí, muchos vendedores se anuncian con 'pide tus falta'. Ponen, por ejemplo, el Racing de 2002 y al lado te indican que te pongas en contacto con ellos por si te falta uno en concreto", nos cuenta Fernández. Echando un vistazo rápido puedo comprobar que el cromo sin pegar de Giovanella cuando jugaba en el Salamanca está a 30 céntimos. Así que sí, existe un equilibrio entre los cromos raros y apreciados por los coleccionistas y el tipo nostálgico que sólo busca a los jugadores.

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